El Reino Unido, Francia y Alemania iniciaron un proceso en el Consejo de Seguridad de la ONU para reimponer sanciones a Irán, argumentando que su programa nuclear representa una amenaza directa para la seguridad internacional. La declaración conjunta de los tres países, conocidos como el E3, sostiene que Teherán ha incumplido de manera sistemática los compromisos asumidos en el acuerdo nuclear de 2015, conocido como el PAIC.
Según la comunicación difundida, el arsenal de uranio altamente enriquecido acumulado por Irán supera en más de 45 veces los límites pactados, lo que despierta la preocupación de la comunidad internacional.

La decisión del E3 se tomó tras más de un año de negociaciones diplomáticas fallidas. Aunque los tres países intentaron mantener a Irán en la mesa de diálogo, las autoridades de Teherán no mostraron disposición a comprometerse. Frente a este escenario, Londres, París y Berlín resolvieron activar el mecanismo de “reinicio rápido” del acuerdo de 2015, lo que podría reactivar las sanciones de la ONU previas al pacto, incluyendo embargos de armas, restricciones tecnológicas y prohibiciones de viaje.
Advertencias de Irán y posibles consecuencias
La respuesta iraní no tardó en llegar. El Ministerio de Asuntos Exteriores calificó la medida del E3 como un golpe a la cooperación con el OIEA y advirtió que dará “respuestas apropiadas” sin detallar de qué manera. Más aún, funcionarios en Teherán amenazaron con abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) si las sanciones se reimponen, lo que supondría un giro de alto riesgo en el tablero internacional.
Para Irán, la presión europea se suma a un historial de sanciones que han limitado su economía y dificultado el acceso a mercados internacionales. Sin embargo, el país ha insistido en que su programa nuclear tiene fines civiles, aunque los datos de enriquecimiento de uranio contradicen esa narrativa.

En paralelo, un funcionario británico señaló que las sanciones no fueron una decisión tomada a la ligera, sino el resultado de un año de diplomacia intensa. Francia, por su parte, reconoció que el objetivo inicial fue siempre dar espacio a la negociación, pero que ante la falta de avances no quedaba otra alternativa más que retomar medidas de presión.
Escenario en Naciones Unidas y la amenaza de aislamiento
El proceso abierto en el Consejo de Seguridad implica un plazo de 30 días para que se alcance algún entendimiento con Irán. De no lograrse, las resoluciones anteriores volverán a entrar en vigor automáticamente. Estas incluyen restricciones clave como embargos de armas convencionales, congelamiento de activos y la prohibición de desarrollar tecnología nuclear.

La decisión de activar el mecanismo ocurre en un contexto en el que la credibilidad del PAIC se encuentra en su punto más bajo, después de que Estados Unidos se retirara en 2018 bajo la administración de Donald Trump.
La reinstauración de sanciones podría llevar a Irán a acelerar su ruptura con los marcos de control nuclear internacionales, aumentando el riesgo de una escalada mayor en Medio Oriente. Para los países europeos, la apuesta es clara: mostrar firmeza frente a un incumplimiento que, según sus declaraciones, ya no puede ser ignorado.
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