Irán advirtió a las potencias de Europa que habrá consecuencias si se restablecen las sanciones de las Naciones Unidas contra su programa nuclear, en medio de nuevas negociaciones con Alemania, Francia y el Reino Unido en Ginebra. Durante la reunión, conocida como formato E3, Teherán sostuvo que los países europeos “no tienen derecho” a activar el mecanismo de retorno automático de sanciones (snapback), previsto en el acuerdo nuclear de 2015. La advertencia llega tras meses de tensiones crecientes, agravadas por la reciente guerra con Israel y la suspensión parcial de las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Teherán endurece su posición ante Europa
La advertencia de Irán se dio en un contexto de intensas negociaciones sobre el futuro del acuerdo nuclear conocido como JCPOA (por sus siglas en inglés), firmado en 2015. Durante el encuentro en Ginebra, el portavoz de la cancillería, Esmaeil Baghaei, señaló que la reimposición de sanciones mediante el mecanismo de retorno automático sería una “violación” del pacto original, aunque aseguró que Teherán sigue comprometido con la diplomacia. Sin embargo, las potencias europeas han fijado octubre como plazo máximo para decidir si activan el mecanismo, tras la suspensión de las inspecciones del OIEA por parte de Irán y la creciente desconfianza internacional sobre sus niveles de enriquecimiento de uranio.

Las conversaciones también estuvieron marcadas por la reciente guerra entre Israel e Irán, que interrumpió los diálogos con Washington e incrementó las tensiones regionales. Según el OIEA, Irán es actualmente el único país sin armas nucleares que enriquece uranio al 60%, muy por encima del límite del 3,67% establecido por el JCPOA, aunque Teherán insiste en que su programa tiene fines exclusivamente civiles. Mientras la Unión Europea actúa como mediadora, aliados clave como China y Rusia respaldan la postura iraní y buscan impedir el retorno de sanciones.
Moscú se posiciona como aliado clave de Irán
Las tensiones entre Irán y las potencias de Occidente se desarrollan en paralelo a la creciente influencia de Rusia dentro de las negociaciones nucleares. Según informes diplomáticos, Moscú estaría dispuesto a respaldar una prórroga de seis meses para evitar que las potencias europeas activen el mecanismo de snapback que restablecería las sanciones de Naciones Unidas contra Teherán. La propuesta rusa, que ya circula en la sede de la ONU en Nueva York, permitiría extender la fecha límite a cambio de que Irán demuestre seriedad en las conversaciones y reanude las inspecciones de la OIEA.

El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, mantuvo conversaciones con Vladímir Putin, buscando apoyo frente a las presiones europeas, mientras que China también respalda una salida diplomática que evite un aumento de la inestabilidad en Medio Oriente. A pesar de ello, los europeos han advertido que no dudarán en activar las sanciones si Teherán no accede a reanudar las inspecciones, justificar su creciente stock de uranio altamente enriquecido y retomar el diálogo con Washington, aunque el líder supremo Ali Jamenei descarta conversaciones directas con EE.UU.
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