La presión del presidente Donald Trump sobre la Reserva Federal está avivando preocupaciones sobre el rumbo de la política monetaria y los riesgos fiscales de Estados Unidos. Analistas advierten que un cambio en el enfoque del banco central podría debilitar al dólar, disparar los rendimientos de los bonos del Tesoro e impulsar el interés en activos alternativos como criptomonedas y oro.
Trump ha intensificado sus intentos de influir en la Fed, amenazando incluso con destituir a la gobernadora Lisa Cook por presunta mala conducta financiera y declarando que busca una “mayoría” dentro del consejo. Su objetivo declarado es forzar un ciclo de bajas tasas de interés para aliviar el costo de la deuda nacional, que ya supera el 100% del PIB.

Economistas señalan que esta estrategia desplaza el problema de fondo: los crecientes déficits fiscales. En lugar de ajustes en gasto e impuestos, se empuja a la Fed a abaratar los préstamos, poniendo en riesgo su rol principal de controlar la inflación. Este escenario es conocido como “dominación fiscal”, una situación común en economías emergentes pero inédita en una potencia como Estados Unidos.
Riesgos para el dólar y los mercados
El temor a que la Fed adopte un enfoque subordinado a las necesidades fiscales del gobierno ya está impactando en los mercados. El martes, el dólar retrocedió y los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo cayeron mientras Trump insistía en su ofensiva contra la Fed. Steve Barrow, del Standard Bank de Londres, advirtió que la incertidumbre podría empujar a los inversores hacia criptomonedas y metales preciosos como refugio.

A pesar de ello, el presidente ha impulsado nuevos recortes de impuestos y fuertes aumentos en aranceles a las importaciones, lo que podría agravar la presión presupuestaria.
Una Fed bajo presión política
El mandato de Jerome Powell expira en mayo y Trump ya prepara a su sucesor, mientras su equipo evalúa medidas para influir en los 12 bancos regionales de la Reserva Federal. Aunque Powell ha reiterado que la política monetaria no debe guiarse por las necesidades fiscales del gobierno, analistas como George Saravelos, del Deutsche Bank, consideran que la Fed enfrenta una intensificación inédita de los riesgos de dominio fiscal.
El debate está abierto: ¿cederá la Fed ante la presión de la Casa Blanca o mantendrá su independencia para preservar su credibilidad? La respuesta definirá no solo el futuro del dólar y de los mercados, sino también la capacidad de Estados Unidos para sostener su posición financiera global.
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