Thomas Barrack, el embajador de Estados Unidos en Turquía y enviado especial para Siria, llegó a Beirut el martes, donde afirmó que Israel responderá “paso a paso” al plan de desarme previsto por el Líbano para Hezbolá; el mismo se presentará el domingo con una “contrapropuesta” relacionada a la posible retirada de Israel de los territorios libaneses ocupados, con sus exigencias de garantías de seguridad fronteriza. Barrack estuvo acompañado por el enviado presidencial especial adjunto para Medio Oriente, Morgan Ortagus, y senadores estadounidenses.

En el encuentro, Barrack impartió diversas propuestas provenientes de Washington. Por un lado, intentó tranquilizar a los partidarios de Hezbolá y a la comunidad chiíta en general, asegurándoles que el ejército libanés está “preparando un plan” para que Hezbolá entregue las armas sin desencadenar una guerra civil. También propuso crear una zona económica cerca de la frontera israelí, destinada a generar empleo y medios de vida sostenibles para esas comunidades.
Posteriormente mantuvo una reunión con el presidente libanés, Joseph Aoun, donde asegurió que Israel seguirá el proceso de desarme de Hezbolá impulsado por el Líbano. “Lo que Israel ha dicho ahora, que es histórico, es que no queremos ocupar Líbano… y que estamos contentos de retirarnos de Líbano”, declaró el funcionario estadounidense, añadiendo que Israel estaba dispuesto a cumplir las “expectativas de retirada” de Líbano una vez que el plan para “desarmar realmente” a Hezbolá esté claro.
En este contexto, Barrack destacó que los funcionarios israelíes “darán entonces su contrapropuesta de lo que harán en retiradas y garantías de seguridad en su frontera” y cumplirán el plan de desarme de Líbano “paso a paso”.
Beirut exige garantías concretas antes de avanzar en el desarme
Por su parte, el Líbano ha estado instando a Estados Unidos a que presione a Israel para que cumpla el acuerdo de alto el fuego negociado el pasado noviembre, el cual tenía el objetivo de poner fin a la guerra de 14 meses entre Israel y Hezbolá. Esto incluía detener las “acciones hostiles” y la retirada de cinco puntos ocupados que quedan en el sur de Líbano, además de liberar a los detenidos libaneses capturados durante el conflicto.

El último pedido a Washington desde el Líbano se produjo después de que el gabinete diera un primer paso a principios de este mes al respaldar los objetivos de un plan propuesto por Estados Unidos para desarmar a Hezbolá. En su momento, también se encargó al Ejército la preparación de una estrategia para imponer el monopolio estatal de las armas antes de finales de año.
En palabras del periodista Dalal Saoud, “la decisión de Líbano de fijar un calendario para el desarme de Hezbolá estuvo motivada principalmente por el riesgo de otra guerra devastadora con Israel y de perder fondos muy necesarios para reconstruir sus regiones devastadas por la guerra”.
Washington propone incentivos económicos como vía alternativa al desarme
Para Estados Unidos, Israel está dispuesto a “ir paso a paso”, destacando que “puede que sean pequeños pasos, pasos de bebé”. Sin embargo, Ortagus enfatizó en que ahora es el momento clave para resolver este conflicto. “Ahora no se trata de palabras. Ahora se trata de acción. Así que, cada paso que dé el gobierno libanés, animaremos al gobierno israelí a dar el mismo paso”, subrayó.
De manera similar, Barrack destacó las intenciones de Washington de apoyar este proceso y de respaldar el accionar israelí y sus esfuerzos. También fue un paso más allá, al proponer la creación de una zona económica en el sur de Líbano, cerca de la frontera israelí, como “sustituto” del desarme de Hezbolá, que, según dijo, representa entre el 30% y el 40% de la población libanesa.

“Tenemos 40.000 personas a las que Irán paga para que luchen. ¿Qué vas a hacer con ellos? ¿Quieres quitarles sus armas y decirles: buena suerte, vete a plantar más olivos?”, preguntó retóricamente. Por ello, reveló que Qatar y Arabia Saudí estaban dispuestos a invertir en la zona económica propuesta “que producirá un medio de vida” y “así, paso a paso, eliminas la preocupación iraní porque tienes otra fuente de financiación, otra fuente de vida”.
El conflicto sigue activo mientras se negocia la retirada y el control estatal de las armas
Desde otra óptica del conflicto, un operativo de Hezbolá murió en un ataque israelí con un avión no tripulado en la ciudad de Tebnine, en el sur de Líbano. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el agente participaba en la restauración de la infraestructura militar de Hezbolá en la cercana localidad de Beit Lif, calificado como una violación del alto el fuego entre ambos países para las tropas israelíes.
Hasta el momento, el conflicto entre Hezbolá e Israel mató o hirió a más de 21.500 personas y desplazó a más de 1,2 millones de personas, Según las estimaciones del Banco Mundial, Líbano necesita 11.000 millones de dólares para la reconstrucción y la recuperación económica, mientras que las autoridades libanesas consideran que serán 14.000 millones.

Sin embargo, las esperanzas no se pierden. Tras reunirse con Barrack, Aoun y el primer ministro, Nawaf Salam, reiteraron el compromiso de su país con el acuerdo de alto el fuego del 27 de noviembre y su control exclusivo de las armas. “La autoridad exclusiva del Estado sobre las decisiones de guerra y paz ha comenzado, y no hay vuelta atrás”, declaró Salam en un comunicado. Además, la postura libanesa oficial tiene el respaldo de Estados Unidos, que considera que el Líbano se encuentra “en un punto de cambio” crucial.
Pero Hezbolá ha seguido resistiéndose a las presiones para que se desarme. El pasado lunes, su líder adjunto, Naim Qassem, rechazó firmemente el desarme del grupo y el enfoque “paso a paso” propuesto, insistiendo en que Israel debe cumplir primero el acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2024 antes de que pueda iniciarse cualquier debate sobre una estrategia de defensa nacional. En paralelo, las tensiones no cesan.
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