El presidente Donald Trump enfrenta críticas luego de que se revelara que Estados Unidos bloqueó a Ucrania el uso de misiles de largo alcance de fabricación estadounidense para atacar dentro del territorio ruso. La medida, según fuentes citadas por el Wall Street Journal, busca mantener abiertas las puertas a una negociación con Vladímir Putin, aunque en Kiev se interpreta como una seria limitación a su capacidad de defensa.

De hecho, al menos una de las solicitudes ucranianas ya fue rechazada. Para Ucrania, esto supone un freno en un momento en el que Rusia intensifica los bombardeos con drones y misiles.
En paralelo, los ataques rusos continúan. El jueves pasado, Moscú lanzó uno de sus mayores bombardeos del año, con más de 570 drones y 40 misiles dirigidos principalmente al oeste de Ucrania, lo que refuerza la sensación de que Kiev queda cada vez más vulnerable.
Ucrania responde con misiles propios
Aunque la restricción afecta a los sistemas ATACMS estadounidenses y a los misiles Storm Shadow británicos, que dependen de datos de orientación de EE.UU., Ucrania mantiene la opción de usar armamento de producción nacional. Entre estas armas destaca el nuevo misil Flamingo, con un alcance de 3.050 kilómetros, capaz de golpear en profundidad objetivos estratégicos rusos sin depender de la autorización de Washington.
El presidente Volodímir Zelenski reaccionó asegurando que Kiev ya no condicionará sus operaciones a la aprobación de Estados Unidos.

La ofensiva con drones y misiles propios refleja la intención de Kiev de mantener la presión sobre la infraestructura rusa, incluso mientras se negocia una salida política al conflicto. Este giro, sin embargo, podría tensar aún más las relaciones con Washington.
Entre negociaciones y tensiones diplomáticas
La revelación coincide con los esfuerzos de Trump para impulsar una reunión entre Putin y Zelenski en las próximas dos semanas, aunque el Kremlin insiste en que solo se dará si Ucrania acepta las demandas históricas de Moscú, como la renuncia a la OTAN y concesiones territoriales. Mientras tanto, líderes europeos expresan preocupación por que las restricciones estadounidenses debiliten la posición negociadora de Kiev.

Sin embargo, críticos dentro y fuera de Estados Unidos sostienen que esta decisión erosiona la capacidad defensiva de Ucrania y pone en duda la solidez del apoyo occidental.
En un clima marcado por la ofensiva aérea rusa y la incertidumbre sobre el futuro de las negociaciones, Ucrania apuesta a reforzar su independencia militar, mientras Trump busca equilibrar la presión militar con concesiones diplomáticas que acerquen un posible acuerdo de paz.
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