El Reino Unido prepara a sus fuerzas terrestres para un eventual despliegue en Ucrania en el marco de una operación internacional de apoyo a la paz. De acuerdo con un informe difundido por The Express y confirmado por fuentes militares británicas, el próximo contingente de 1.600 reclutas que ingresará en septiembre recibirá un entrenamiento intensivo basado en lecciones directas del campo de batalla ucraniano.
Preparación adaptada a la guerra moderna
Las fases iniciales de instrucción en bases como Catterick y Pirbright incluirán técnicas de guerra de trincheras, un recurso que no era parte de la doctrina británica desde la Primera Guerra Mundial. Además, los soldados serán formados en operaciones con drones, contramedidas anti-UAS y combate urbano.
El modelo de instrucción se aleja de las tradicionales ofensivas de compañías de cien hombres con armamento pesado para dar lugar a equipos de seis efectivos capaces de operar con visión nocturna y sensores térmicos. Estos grupos de asalto tendrán como prioridad identificar y neutralizar drones hostiles o sistemas de artillería con medios indirectos.

Cada soldado será entrenado en el uso de drones para exploración y apoyo táctico. El Ejército británico ya ha capacitado a 3.000 pilotos de drones y proyecta entrenar a 6.000 más en los próximos meses, apoyado por la incorporación de 200 simuladores especializados.
Enfoque integral en sanidad y defensa NBQ
El entrenamiento también ampliará la formación médica avanzada, con énfasis en el tratamiento de heridas graves lejos de puestos de socorro, ante la imposibilidad de evacuar heridos en helicópteros debido a la amenaza constante de drones rusos. Asimismo, se priorizarán los ejercicios de defensa química, biológica y radiológica (NBQ) ante el riesgo de un eventual colapso del alto el fuego.
Un ejército en transición doctrinaria
El jefe del Estado Mayor del Ejército, general Sir Roly Walker, excomandante del SAS, advirtió recientemente que el Reino Unido debe estar preparado para un conflicto en Europa del Este en los próximos años. Walker supervisó la creación de la brigada de operaciones especiales formada por cuatro regimientos Ranger, modelada en los US Rangers, destinada a trabajar junto a fuerzas especiales ucranianas.
El general Chris Barry, director de guerra terrestre, remarcó que la enseñanza principal de Ucrania es la necesidad de “entrenar en escala” y comprender las dinámicas del combate moderno, donde los drones de primera persona, las firmas térmicas y electromagnéticas y las tácticas de infiltración reemplazan al enfrentamiento convencional directo.

Por su parte, el general retirado Sir Richard Barrons, exjefe del Comando Conjunto de Fuerzas, señaló que el Ejército británico atraviesa un proceso de transición desde la contrainsurgencia en Irak y Afganistán hacia la preparación para un conflicto de Estado contra Estado. “El modelo de entrenamiento cambia por completo; la guerra convencional vuelve al centro, pero profundamente atravesada por la tecnología”, subrayó.
Implicancias para una operación multinacional
La eventual operación de apoyo a la paz (PSO, por sus siglas en inglés) contempla el despliegue de fuerzas de disuasión en el este de Ucrania y la instrucción de tropas locales en el oeste bajo un esquema de “coalición de los dispuestos”, donde participarían al menos seis países aliados. También se discute el establecimiento de una zona de exclusión aérea garantizada por la RAF y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, lo que marcaría un nuevo nivel de compromiso militar en el teatro europeo.
Barrons advirtió, sin embargo, que la defensa aérea no debe limitarse a interceptar drones o misiles sobre Ucrania, sino también a neutralizar lanzadores o aeronaves en territorio ruso: “De lo contrario, no se disuade, solo se reacciona, y eso expone las limitaciones de la voluntad de combatir”.
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