En los últimos días, se han escuchado rumores acerca de conversaciones entre Israel y Sudán del Sur para llevar a cabo una reubicación de palestinos de Gaza hacia el país africano. A pesar de que Israel ve con buenos ojos esta iniciativa, una parte de la Comunidad Internacional se mostró reacia a la misma Para analizar esta situación hay que saber que significa exactamente una reubicación, cómo se llevará a cabo el proceso, cuáles son los intereses de los Estados involucrados y quienes salen ganando y quiénes perdiendo.

Israel ha propuesto este tipo de reubicaciones hace tiempo en otras naciones africanas, pero Sudán del Sur parece ser el destino más favorable para los planes del Primer Ministro Benjamin Netanyahu. Una reubicación, según la visión israelí, es una “migración voluntaria” para que la población palestina se vaya del territorio en guerra para no sufrir más fatalidades, dejando libre el territorio (es decir, la Franja de Gaza) para avanzar contra Hamas. Sin embargo, a simple vista, el traslado de gazatíes a Sudán del Sur es solamente un cambio de región geográfica, pero no un cambio de condiciones de vida. Es necesario recordar que Sudán del Sur está arrasada por la guerra y las hambrunas, con condiciones sanitarias deplorables. Esto significa trasladar palestinos de un territorio devastado a otro. Entre otras críticas, muchos palestinos y grupos de derechos humanos han denunciado que se trata de un desplazamiento forzoso, en clara violación al derecho internacional. Uno de los principales opositores ha sido uno de los países musulmanes que cuenta con la mejor relación con Israel: Egipto. El país africano denunció que el desplazamiento generaría una ola de refugiados en territorio egipcio, debido a que comparte frontera con Gaza y además por la cercanía con Sudán del Sur.

Ahora bien, ¿Cuál es la motivación de Sudán del Sur para participar en este proceso? No sería desacertado pensar en una mejor relación con la, posiblemente, mayor potencia militar de Medio Oriente en la actualidad. Además, una mejor relación con Israel es una puerta para, a su vez, mejorar la relación con Estados Unidos. Sudán del Sur desea que se levante la prohibición de viaje y que se eliminen las sanciones a las élites sursudanesas, por ello es imprescindible mantener una buena relación con el gigante norteamericano. Se hace aún más urgente establecer lazos diplomáticos, ya que Estados Unidos recortó la asistencia extranjera con la llegada de Donald Trump al poder a principio de año. Por otro lado, los lazos entre Israel y Sudán del Sur datan desde la independencia de este último: el Mossad (agencia de espionaje israelí) proporcionó ayuda logística y estratégica a los sursudaneses durante su guerra civil.
Uno de los principales temores de los gazatíes es que Israel nunca les permita ingresar a la Franja de Gaza nuevamente, posibilitando una anexión total por parte de las fuerzas israelíes. Es difícil pensar que un país en guerra constante quiera recibir a una población extranjera cuando apenas tienen suficientes recursos para sobrevivir, mucho más cuando los allegados son musulmanes en un país de mayoría cristiana como Sudán del Sur. Reforzando esta idea, el miércoles pasado, el gobierno sursudanés rechazó las informaciones difundidas sobre supuestas conversaciones con Israel. Esto ocurrió el mismo día que la viceministra de Asuntos Exteriores israeli, Sharren Haskel, realizó la primera visita oficial de un representante del gobierno de Israel a Sudán del Sur. Sin duda, existen iniciativas de parte de ambos Estados para fortalecer sus relaciones impulsadas por intereses diferentes pero que, en fin, convergen entre sí. Sin embargo, no hay certeza de que se lleve a cabo una reubicación de gazatíes en Sudán del Sur.
Por último, toda reubicación de palestinos necesita de la aprobación de Estados Unidos ya que el interés principal de Sudán del Sur es estrechar lazos con el país norteamericano. El mismo Donald Trump, a principios de año, dio el visto bueno sobre una “migración voluntaria” para que los palestinos puedan reubicarse en otro territorio, pero luego pareció volver hacia atrás sin dar respaldos claros a esta iniciativa. La verdad es que sin el apoyo de Estados Unidos, una reubicación en Sudán del Sur es muy poco probable, debido a la necesidad de Sudán del Sur de mejorar su relación con Estados Unidos y a los gazatíes que no quieren abandonar sus tierras. ¿Es este el inicio de una nueva etapa del conflicto palestino-israelí que se expande hacia otros continentes? ¿Puede ser el inicio del éxodo palestino por fuera de Medio Oriente?
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