En medio de las crecientes tensiones sin resolver en Medio Oriente, el ministro de Defensa, Israel Katz, emitió duras declaraciones contra Hamás, afirmando que Gaza podría llegar a ser destruida si el grupo islamista no “cede” a las condiciones que Tel Aviv busca imponer. “Las puertas del infierno se abrirán pronto sobre las cabezas de los asesinos y violadores de Hamás en Gaza, hasta que acepten las condiciones de Israel para poner fin a la guerra”, escribió Katz en un mensaje en X.
A través de redes sociales, Katz reiteró las exigencias israelíes de alto el fuego: la liberación de todos los rehenes y el desarme completo de Hamás. Sus comentarios surgieron un día después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, autorizara al ejército a organizar una operación de gran envergadura para tomar la ciudad de Gaza.
Para el titular de Defensa israelí, Gaza podría “convertirse en Rafah y Beit Hanoun”, zonas reducidas en gran medida a escombros a principios de la guerra. Por su parte, Hamás mantiene su postura de liberar a los cautivos a cambio del fin de la guerra, pero rechaza el desarme sin la creación de un Estado palestino.
Un plan militar ya en marcha
El pasado jueves, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dieron inicio a una nueva fase en su operación militar, centrada en la ocupación total de la ciudad de Gaza. El portavoz de las FDI, Eddie Defrin, anunció que ya se iniciaron las operaciones preliminares y que las tropas israelíes controlan las afueras de la ciudad.

Katz fue quien aprobó el plan militar denominado “Carros de Gedeón II”, que contempla una invasión a gran escala del centro urbano. Para llevar adelante esta medida, se convocaron entre 50.000 y 60.000 reservistas, mientras que otras 20.000 personas verán extendido su servicio activo.
Posturas contrapuestas
Los avances de Israel en Gaza ocurren en un contexto de creciente crisis humanitaria y tensión diplomática. Desde el inicio de la guerra, más de 62.000 palestinos murieron y la ONU ya denunció una situación cercana a la hambruna en varias zonas del enclave.

A pesar de esto, Israel continúa rechazando las acusaciones de implementar una política de hambre, responsabilizando a Hamás de desviar y saquear ayuda humanitaria. En paralelo, Israel continúa sin responder a la propuesta de alto el fuego mediada por Egipto y Qatar, la cual ya fue aprobada por Hamás.
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