Las tensiones aumentan entre las Coreas, principalmente luego de que Estados Unidos dé inicio a los ejercicios militares anuales con Corea del Sur, denominados Ulchi Freedom Shield, y destinados a reforzar la preparación frente a las amenazas norcoreanas. Se estima que las maniobras defensivas duren aproximadamente 11 días, incluyendo simulaciones por ordenador y entrenamiento sobre el terreno, en las que participan 21.000 soldados.

La situación llevó a que Corea del Norte reaccionara con antelación, condenando los ejercicios y catalogándolos como una “confrontación militar”. En paralelo, Pyongyang prometió responder a “cualquier provocación”, aunque Washington y Seúl consideran que el Norte ha utilizado a menudo estos simulacros como pretexto para el lanzamiento de misiles u otras demostraciones militares.
Incógnitas desde Estados Unidos
El ejercicio militar anual sigue a la ronda similar de simulacros entre Estados Unidos y Corea del Sur que se llevó a cabo a principios de marzo. Además, sienta un precedente días antes de que el nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, viaje a Washington para mantener un encuentro con su homólogo estadounidense, Donald Trump.

Sin embargo, la administración Trump ha señalado posibles cambios en la alianza de décadas de antigüedad, a medida que Washington cambia su enfoque estratégico hacia China. Además, Trump ha exigido pagos más elevados para las 28.500 tropas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur, presionando por la presencia activa del gigante norteamericano en la región asiática.
Por una península coreana “pacífica”
Lee intenta mejorar las tensas relaciones Norte-Sur, ordenando a su Gabinete que preparara una aplicación parcial paso a paso de los acuerdos existentes con Corea del Norte. Sin embargo, las aproximaciones han sido objeto de críticas, principalmente porque el líder norcoreano, Kim Jong Un, ha rechazado las propuestas diplomáticas de Seúl, ha acelerado su programa armamentístico y ha estrechado sus lazos militares con Rusia.

Durante una reunión del Gabinete, Lee afirmó que “lo que se necesita ahora es el valor para dar pasos firmes hacia la relajación de las tensiones, sobre la base de un estado de férrea preparación en materia de seguridad”. Añadió que “las relaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte son cruciales para proteger los intereses nacionales de Corea del Sur y ampliar el espacio para operar diplomáticamente ante la rápida evolución de las condiciones externas”.
Y si bien no especificó exactamente qué acuerdos con el Norte podrían aplicarse, Lee destacó la semana pasada sus intenciones de restaurar un acuerdo de 2018 para suspender algunas actividades militares a lo largo de la frontera con Corea del Norte.
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