En virtud de un acuerdo de cooperación militar firmado el pasado miércoles, Turquía proporcionará sistemas de armamento y herramientas logísticas a Siria, formando también al ejército sirio en el uso de dichos equipos si fuera necesario. Una fuente del Ministerio de Defensa turco declaró a la prensa que el memorando “tiene como objetivo coordinar, planificar el entrenamiento militar y la cooperación, proporcionar consultoría, información e intercambio de experiencias, garantizar la adquisición de equipos militares, sistemas de armas, materiales logísticos y servicios relacionados”.
El memorando de entendimiento fue firmado por los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa y los jefes de inteligencia de ambos países. Cabe recordar que, el mes pasado, un funcionario del Ministerio de Defensa turco declaró a Reuters que el ejército sirio necesitaba una reestructuración tras años de conflicto, citando deficiencias en disciplina, entrenamiento, organización y modernización.

En este contexto, Turquía ha sido uno de los principales aliados exteriores de Siria desde el derrocamiento del presidente Bashar al-Assad el año pasado. Pese a ser miembro de la OTAN, ha prometido ayudar a entrenar y reestructurar las fuerzas armadas sirias, reconstruir el país y sus instituciones.
Turquía también ha proporcionado asistencia y formación en materia de seguridad similar a varios países de la región. El mes pasado, por ejemplo, Siria solicitó formalmente ayuda militar a Turquía tras los ataques israelíes contra Damasco y Sweida.
Posibles implicancias de un acuerdo militar bilateral
La firma de un acuerdo de defensa entre Turquía y Siria representaría un giro geopolítico en Medio Oriente. Principalmente porque, tras años de ruptura diplomática desde el inicio de la guerra civil siria en 2011, Ankara ha decidido respaldar al nuevo gobierno interino de Damasco, formado por fuerzas rebeldes que Turquía apoyó durante el conflicto.
Este pacto no solo implica una normalización bilateral, sino también una redefinición de alianzas en la región, especialmente frente a actores como Israel y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), lideradas por kurdos y respaldadas por Estados Unidos. Por esos motivos, las implicancias estratégicas son múltiples.

Por un lado, Turquía busca consolidar su influencia sobre el nuevo orden post-Assad, asegurando un rol central en la reconstrucción institucional y militar de Siria. Por otro lado, el acuerdo podría tensionar aún más las relaciones con Israel, a quien Ankara acusa de desestabilizar la región, y con los kurdos, cuya autonomía en el noreste sirio se ve amenazada por esta nueva coalición.
Para Siria, supondría recuperar legitimidad internacional, acceder a recursos logísticos y posiblemente frenar la fragmentación territorial. Pero el acuerdo también podría acelerar la fragmentación interna del país, al bloquear las negociaciones entre el gobierno interino y las SDF para fusionar sus fuerzas armadas.
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