El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha abierto la posibilidad de que Nvidia y AMD puedan vender a China versiones reducidas de sus próximos chips de IA, pese a las preocupaciones en Washington sobre el posible uso militar de esta tecnología. La medida incluiría un acuerdo inusual por el que ambas compañías entregarían el 15% de los ingresos de dichas ventas al Gobierno estadounidense, en un contexto de tensiones comerciales y tecnológicas crecientes entre Washington y Pekín.
Condiciones y riesgos detrás de la autorización de ventas
El anuncio de Donald Trump marca un giro en la política estadounidense hacia la exportación de chips de IA a China. Tras la prohibición de ventas de modelos avanzados como el H20 en abril 2025, la Casa Blanca ha otorgado licencias para enviar versiones “reducidas” de próxima generación, como el chip Blackwell, con entre un 30% y un 50% menos de capacidad. El acuerdo incluye que Nvidia y AMD cedan el 15% de sus ingresos por estas operaciones al Gobierno de EE.UU., una exigencia poco habitual en el comercio internacional.

Esta decisión genera un intenso debate entre analistas y expertos en seguridad. Mientras que la administración Trump asegura que los modelos aprobados no comprometen la seguridad nacional, críticos advierten que reanudar las ventas a China podría socavar las restricciones diseñadas para limitar el desarrollo militar del país asiático. Además, el precedente de imponer un tributo a exportaciones estratégicas plantea dudas sobre si esta fórmula se extenderá a otros sectores.
Nuevas reglas para salvaguardar el liderazgo de EE.UU. en IA
En enero de 2025, la Casa Blanca publicó un informe sobre la Difusión de la Inteligencia Artificial para fortalecer la seguridad nacional y la competitividad económica de EE.UU. La normativa agiliza licencias para exportaciones de chips, establece estándares de seguridad más estrictos y mantiene restricciones sobre países considerados de preocupación, con el objetivo de evitar que tecnologías de IA avanzadas se utilicen para desarrollar armas, ejecutar ciberataques o facilitar abusos de derechos humanos.
Entre las medidas clave se incluyen la creación de estatus de “Usuario Verificado Universal” y “Usuario Verificado Nacional”, que permiten a entidades de países aliados acceder a grandes volúmenes de capacidad computacional, mientras se preserva el entrenamiento de modelos de frontera dentro de territorio estadounidense. El informe también fija topes de exportación y promueve acuerdos de gobierno a gobierno para alinear los controles de exportación, la seguridad tecnológica y los objetivos energéticos con Washington.

Aunque fomenta la difusión de tecnología a socios confiables, refuerza las barreras para que países rivales obtengan semiconductores avanzados o accedan a los model weights de modelos cerrados de alto rendimiento. Este marco regulatorio se suma a las restricciones de octubre de 2022 y 2023, y refleja un esfuerzo concertado para garantizar que la infraestructura crítica de IA opere sobre “rieles estadounidenses”, reduciendo riesgos estratégicos mientras se preserva la ventaja competitiva frente a China y otros competidores tecnológicos.
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