Investigadores chinos presentaron un estudio que analiza las lecciones de la guerra electrónica en Ucrania, centrándose en cómo las interferencias afectaron a sistemas de satélites globales, incluido su propio Beidou. La investigación, liderada por académicos y militares chinos, detalla cómo las tácticas rusas y las contramedidas estadounidenses durante los primeros meses de la invasión ofrecen implicaciones estratégicas para futuros conflictos y la protección de infraestructuras críticas de navegación.
El impacto de la guerra electrónica en la navegación satelital
Según el estudio en cuestión, en las primeras dos semanas de la invasión rusa a Ucrania, las interferencias se dirigieron inicialmente a frecuencias civiles de los principales sistemas de navegación global (Beidou, GPS, Galileo y Glonass), para luego extenderse a todas las bandas, incluidas las militares. Investigadores chinos detectaron que el sistema Beidou, el más grande del mundo, sufrió bloqueos en su banda B3 a partir del 2 de marzo de 2022, aunque en menor medida que las redes europeas y estadounidenses.

Los autores, que incluyen expertos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Shandong y de la Universidad de Ingeniería Espacial del EPL, sostienen que las tácticas rusas evolucionaron de ráfagas cortas y precisas a ataques de espectro completo, mientras que las fuerzas estadounidenses respondieron aumentando la potencia de sus señales GPS sobre la zona de guerra para asegurar el funcionamiento de misiles ucranianos. Para Pekín, estas observaciones son cruciales para desarrollar estrategias que fortalezcan la resiliencia de Beidou ante escenarios de conflicto de alta intensidad.
Lecciones globales de la guerra electrónica en Ucrania
El conflicto en Ucrania se convirtió en un laboratorio a cielo abierto para probar tecnologías y doctrinas militares, con la guerra electrónica como uno de sus campos más reveladores. Según un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), el enfrentamiento ha demostrado que el control del espectro electromagnético es tan decisivo como el dominio del terreno o del aire, condicionando la eficacia de drones, misiles guiados y sistemas de comunicación.

Rusia y Ucrania han desplegado capacidades de interferencia masiva contra sistemas satelitales y redes de mando, obligando a ambas partes a desarrollar contramedidas como redes en malla, comunicaciones por satélite y navegación inercial. Para observadores chinos, estas experiencias ofrecen lecciones críticas para el futuro, especialmente en la protección del sistema Beidou y en la integración de plataformas autónomas en entornos electromagnéticamente contestados.
El CSIS destaca que la resiliencia tecnológica y la adaptabilidad organizativa son ahora ejes centrales de la superioridad militar. Hoy en día, no basta con poseer equipos avanzados, sino que es imprescindible mantener la capacidad de evolucionar tácticas y sistemas en tiempo real. En este sentido, Pekín busca incorporar las enseñanzas ucranianas no solo para reforzar su infraestructura espacial y cibernética, sino también para perfeccionar la interoperabilidad entre sus ramas militares y la industria tecnológica nacional.
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