Mientras Donald Trump y Vladímir Putin cerraron en Anchorage una cumbre calificada como “productiva” pero sin acuerdos concretos, el frente oriental de Ucrania vivió otra jornada de alta intensidad. Las fuerzas rusas intentaron consolidar avances cerca del eje Dobropillia–Kramatorsk y presionaron sobre el sector de Pokrovsk, obligando a Kiev a desplegar unidades de asalto y refuerzos para estabilizar la línea. La reunión en la base conjunta Elmendorf-Richardson terminó sin un cese del fuego, con el presidente estadounidense prometiendo consultas con Volodímir Zelenski y líderes europeos antes de cualquier definición.
Una cumbre sin tregua y con señales ambiguas
Tras casi tres horas de conversaciones, no se alcanzaron acuerdos formales. Trump aseguró que se logró “gran progreso” y que existe “una muy buena oportunidad de llegar a un acuerdo pacífico”, aunque reiteró que cualquier paso se coordinará previamente con Ucrania y sus aliados. Putin, por su parte, calificó el conflicto como una “tragedia” y sostuvo que la paz solo será duradera si se abordan las preocupaciones de seguridad de Rusia y las causas profundas de la crisis.

El encuentro marcó el primer cara a cara entre ambos mandatarios en seis años y la primera visita de Putin a territorio estadounidense en una década. La cita tuvo un alto componente simbólico, con gestos de distensión y la ruptura del aislamiento diplomático que pesó sobre Moscú desde 2022. Sin embargo, no se anunciaron medidas inmediatas para detener las hostilidades.
El frente de batalla: Pokrovsk y el eje hacia Dobropillia concentran la presión
En el terreno, las hostilidades se intensificaron en Donetsk. Reportes en la zona indicaron un avance ruso de más de 14 kilómetros hacia Dobropillia, mediante infiltraciones de pequeñas unidades de infantería que explotaron debilidades en los flancos ucranianos. Kiev respondió con el despliegue de brigadas aerotransportadas y unidades jaeger, combinando fuego de contrabatería, drones FPV y blindados Stryker para cerrar la brecha y frenar la llegada de refuerzos enemigos.

El Estado Mayor ucraniano informó que en las últimas 24 horas se registraron 97 enfrentamientos a lo largo del frente, con el sector de Pokrovsk como el más activo. Según el parte oficial, las tropas ucranianas repelieron 35 ataques en esa zona, causando 172 bajas a las fuerzas rusas y destruyendo más de un centenar de drones. Pese a estas cifras, la presión enemiga se mantiene elevada y los combates en Donetsk continúan sin pausa.
En el área de Dobropillia, los contraataques ucranianos buscan impedir que Moscú consolide posiciones que amenacen las rutas logísticas hacia Kramatorsk. Militares desplegados advierten que la lucha se ha intensificado en los últimos días, con un uso sostenido de artillería, drones y blindados.
Qué dijeron Trump y Putin tras la reunión
Trump destacó su “muy buena relación” con Putin y afirmó que “Putin quiere poner fin a este conflicto tanto como yo”. Confirmó que llamará a Zelenski y a líderes europeos para informarles sobre la reunión y discutir próximos pasos. También insistió en que no forzará a Ucrania a aceptar cesiones territoriales.

Putin, por su parte, describió a los pueblos ruso y ucraniano como “hermanos” y reiteró que la estabilidad solo será posible si se restablece un equilibrio de seguridad en Europa y a nivel global. Agradeció a Trump el tono “confidencial” de las negociaciones y sostuvo que la nueva etapa de relaciones bilaterales puede abrir oportunidades de cooperación en comercio, energía, alta tecnología y exploración espacial.
Un frente activo durante la cumbre
Mientras en Alaska se discutía una salida diplomática, en el terreno los enfrentamientos no cesaron. El Estado Mayor ucraniano reportó que, además de Donetsk, se registraron ataques en los ejes de Lyman, Siversk y Toretsk, así como en sectores de la región de Jersón y la franja costera del mar Negro. En las últimas 24 horas, Rusia lanzó dos ataques con misiles, 77 bombardeos aéreos, más de 1.500 drones de ataque Shahed y alrededor de 4.000 disparos de artillería.

La intensidad de las operaciones en Pokrovsk, que se ha convertido en uno de los puntos más disputados del frente desde marzo, refleja que Moscú busca mejorar su posición en el terreno antes de cualquier negociación. Kiev, en tanto, insiste en que cualquier alto el fuego debe incluir garantías verificables y coordinación con los aliados europeos.
Trump y Putin no confirmaron fechas para un nuevo encuentro, aunque el mandatario estadounidense anticipó que un segundo capítulo podría ser en formato trilateral con Zelenski y participación europea. Por ahora, el conflicto sigue marcando el pulso de la agenda internacional y, en el este de Ucrania, los combates continúan con la misma intensidad que en los días previos a la cumbre.
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