El gobierno de Siria estaría gestionando el regreso de las fuerzas armadas rusas a las provincias del sur, una medida que, según Damasco, podría servir como elemento disuasorio frente a la intensificación de operaciones militares de Israel en la región. La iniciativa fue revelada por fuentes diplomáticas y medios rusos, en un contexto de creciente tensión fronteriza y reacomodamiento estratégico tras la caída del régimen de Bashar al-Assad.
Moscú como mediador clave
De acuerdo con el diario ruso Kommersant, las autoridades sirias argumentan que Israel ha incrementado sus incursiones bajo el argumento de establecer una zona de amortiguamiento y “proteger a la comunidad drusa” en el sur. Una fuente presente en un encuentro entre el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Asaad al-Shibani, y miembros de la comunidad siria en Moscú, indicó que el presidente Ahmad al-Sharaa considera prioritaria la restitución de las posiciones rusas en la región. El objetivo, sostienen en Damasco, sería reforzar el control estatal y abrir un canal diplomático que permita a Moscú actuar como mediador con Israel.

El mismo medio reportó que tropas rusas realizaron recientemente una patrulla en Qamishli, la primera desde la caída del régimen de Assad, en una señal de mayor coordinación militar con el actual gobierno sirio. El operativo se llevó a cabo exclusivamente con fuerzas rusas, sin la participación de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lo que refuerza la percepción de un entendimiento bilateral directo.
La posición israelí y los condicionantes diplomáticos
Una fuente israelí citada por Kommersant señaló que la postura de Tel Aviv frente a un eventual regreso de las patrullas rusas dependerá de los acuerdos vigentes entre Rusia e Israel, así como de la posición de Moscú si se formaliza un pacto con Damasco. En el pasado, ambos países han mantenido mecanismos de coordinación para evitar incidentes aéreos y terrestres en Siria, especialmente en zonas de interés estratégico.
Visita ministerial y recomposición de vínculos
El 31 de julio, el canciller Asaad al-Shibani y el ministro de Defensa, Murhaf Abu Qasra, viajaron a Moscú en la primera visita oficial de alto nivel desde la destitución de Assad. Allí se reunieron por separado con sus homólogos rusos, Serguéi Lavrov y Andréi Beloúsov, con quienes abordaron la situación interna siria, la reconstrucción y el fortalecimiento de los lazos bilaterales.

Lavrov destacó la voluntad de Rusia de consolidar la cooperación estratégica, subrayando la importancia del respeto mutuo y los intereses compartidos. El jefe de la diplomacia rusa también reiteró su llamado al levantamiento inmediato de las sanciones internacionales contra Siria, comprometiéndose a revisar y actualizar los acuerdos vigentes.
Por su parte, Shibani afirmó que Siria está “abierta al mundo” y que busca alianzas basadas en la igualdad y el interés mutuo. Anunció la creación de un comité para reevaluar los convenios bilaterales y adaptarlos a las necesidades de la población en la etapa de reconstrucción, señalando que la cooperación con Rusia es un paso “estratégico” para garantizar justicia transicional y los derechos de las víctimas.
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