En una señal inequívoca del fortalecimiento del eje Moscú–Pyongyang, el líder norcoreano Kim Jong Un mantuvo el martes una conversación telefónica con el presidente ruso Vladímir Putin, en la que ambos reafirmaron su alineamiento estratégico frente a la guerra en Ucrania. El contacto tuvo lugar días antes de que Putin se reúna con el presidente estadounidense Donald Trump en Alaska, un encuentro que acapara la atención de las principales potencias.
Según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), Putin elogió la “valentía, heroísmo y espíritu de sacrificio” de las tropas norcoreanas que combaten junto a fuerzas rusas para repeler incursiones ucranianas en la región fronteriza de Kursk. El mandatario ruso compartió además detalles de su agenda y las expectativas para la cumbre con Trump, según informó la agencia TASS, aunque la versión norcoreana omitió toda mención al encuentro con Washington.

Kim, por su parte, expresó su “total respaldo” a todas las medidas que adopte el Kremlin en el futuro y ratificó la vigencia del Tratado de Cooperación Estratégica Integral firmado en 2024, que sella un compromiso de cooperación “en todos los ámbitos”. Ambos líderes coincidieron en seguir estrechando la coordinación bilateral y mantener comunicación constante sobre asuntos de interés común.
Una alianza militar en expansión
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022, Pyongyang ha hecho de Moscú el pilar de su política exterior, buscando romper su aislamiento diplomático y tejiendo vínculos con naciones enfrentadas a Estados Unidos. Lejos de aceptar los llamados de Washington y Seúl a reanudar negociaciones sobre su programa nuclear, el régimen norcoreano ha incrementado su aporte militar a Rusia.
De acuerdo con evaluaciones de inteligencia surcoreanas y ucranianas, Corea del Norte ya ha enviado aproximadamente 15.000 soldados a territorio ruso desde el año pasado, junto con grandes volúmenes de armamento, incluidos sistemas de artillería y misiles balísticos. La cooperación se extiende a tareas de apoyo estratégico: Pyongyang acordó despachar miles de trabajadores de construcción y especialistas en desminado a la región de Kursk, un despliegue que podría concretarse en las próximas semanas.

Presencia militar norcoreana en la frontera
Fuentes de inteligencia ucraniana citadas por el medio Suspilne detallan que unos 11.000 militares norcoreanos ya están desplegados en las regiones rusas de Kursk y Bélgorod. Se prevé la llegada de otros 6.000 efectivos en refuerzos progresivos, con un primer contingente de 1.200 soldados destinado específicamente a Kursk, cerca de zonas con actividad bélica.
Aunque oficialmente su labor es de carácter auxiliar —desminado, ingeniería e infraestructura—, su proximidad a la línea de frente abre la posibilidad de un involucramiento más directo. Además, estos destacamentos están aprovechando la experiencia para estudiar tácticas rusas y ucranianas en guerra con drones, artillería y operaciones de grupos de asalto, conocimientos que podrían modernizar sustancialmente las capacidades de las Fuerzas Armadas norcoreanas.

Impacto geopolítico
La creciente participación de Pyongyang en el conflicto ucraniano es interpretada por analistas como parte de una estrategia más amplia de Moscú para consolidar alianzas con regímenes autoritarios que puedan suministrar recursos humanos y materiales a cambio de beneficios políticos o tecnológicos. Para Corea del Norte, el conflicto ofrece una oportunidad única de acceder a experiencia bélica contemporánea y reforzar su posición frente a rivales regionales como Corea del Sur y Japón.
El despliegue masivo de tropas norcoreanas en la frontera ucraniana no solo intensifica la presión sobre Kiev, sino que también preocupa a Occidente por el precedente que sienta en la proyección internacional de fuerzas de un Estado tradicionalmente aislado.
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