La más reciente operación de libertad de navegación de la Armada de Estados Unidos en el Mar de China Meridional ha generado una nueva escalada diplomática y militar en el Indo Pacífico. El destructor de misiles guiados USS Higgins (DDG-76) realizó una misión cerca del Bajo de Masinloc —también conocido como Scarborough Shoal—, un punto estratégico disputado, desatando la respuesta inmediata de Pekín y sumando un nuevo capítulo a las tensiones regionales.
De acuerdo con un comunicado de la Séptima Flota, la nave estadounidense transitó el área de “reclamos excesivos” de China para reafirmar “los derechos y libertades de navegación en el Mar de China Meridional” en línea con el derecho internacional. Esta fue la primera operación de este tipo llevada a cabo por Washington en la zona desde 2019.

En paralelo, el Comando del Teatro Sur del Ejército Popular de Liberación (EPL) aseguró que sus fuerzas “expulsaron” al destructor por ingresar sin autorización en lo que considera aguas territoriales chinas. El capitán He Tiecheng, vocero naval del comando, acusó a Estados Unidos de “infringir gravemente la soberanía y seguridad de China, socavar la paz y estabilidad regional y violar normas internacionales básicas”.
Un trasfondo marcado por incidentes graves
La maniobra del USS Higgins tuvo lugar apenas dos días después de uno de los incidentes más severos registrados en el Bajo de Masinloc. Durante una persecución a una embarcación de la Guardia Costera filipina, un patrullero clase Jiangdao de la Guardia Costera china colisionó con un destructor tipo 052D de la Armada del EPL, el Guilin (164). El hecho evidenció la intensidad de las operaciones chinas en la zona y el alto riesgo de choques accidentales o escaladas no planificadas.
El vocero de la Séptima Flota, teniente Sarah Merrill, desestimó las afirmaciones de Pekín calificándolas de “falsas” y reafirmó que “nada de lo que diga China nos disuadirá”. Merrill agregó que el USS Higgins completó su operación conforme a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y luego continuó con tareas rutinarias.

Movimientos navales y aéreos de alto perfil
Mientras se desarrollaba la operación, un patrullaje de conciencia situacional marítima de la Guardia Costera filipina detectó en la zona al buque de combate litoral clase Independence USS Cincinnati (LCS-20), cuya participación directa en la misión de libertad de navegación no fue confirmada. También se observó la presencia de dos fragatas tipo 054A de la Armada china, cuatro patrulleros de la Guardia Costera de China y seis embarcaciones de milicia marítima.
En el plano aéreo, un caza J-15 de fabricación china interceptó de manera “peligrosa” a la aeronave de patrullaje filipina, según denunció Jay Tarriela, vocero de la Guardia Costera de Filipinas para temas del mar de Filipinas Occidental. Este tipo de acciones aumenta el riesgo de incidentes que podrían escalar hacia enfrentamientos mayores.
Una disputa que trasciende lo bilateral
El Bajo de Masinloc, ubicado dentro de la zona económica exclusiva de Filipinas, pero reclamado por China, es un enclave clave para el control de rutas marítimas por las que transita comercio valorado en más de 3 billones de dólares anuales. La disputa se enmarca en el reclamo de Pekín sobre casi todo el Mar de China Meridional, que se superpone con los intereses de Brunei, Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam.
En 2016, un tribunal arbitral internacional falló que no existe base legal para los reclamos históricos de China, fallo que Pekín no reconoce. La reciente actividad militar también coincide con un incremento de la presencia irregular de la Guardia Costera china en el norte de Filipinas y con la implementación por parte de Manila de las iniciativas pesqueras Kadiwa.
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