Rusia acusó a Ucrania de estar preparando un montaje militar en la región de Járkov con el objetivo de perjudicar la cumbre entre Trump y Putin, prevista para el 15 de agosto. Según el Ministerio de Defensa ruso, el plan incluiría un ataque simulado contra zonas residenciales o un hospital, con numerosas víctimas civiles, que sería atribuido a las fuerzas rusas para influir en la opinión pública internacional y entorpecer las negociaciones entre Moscú y Washington.
Moscú señala a Kiev por plan para sabotear negociaciones
El Ministerio de Defensa ruso aseguró haber obtenido información “por múltiples canales” que indicaría que el gobierno de Zelenski prepara un ataque encubierto en la ciudad de Chuguev, en la región de Járkov. Moscú afirma que, el 11 de agosto, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) trasladó a periodistas de medios occidentales al área con el pretexto de realizar reportajes sobre la vida de los residentes en la zona de conflicto.

De acuerdo con la denuncia, el supuesto plan contempla que, el 14 de agosto (es decir, un día antes de la cumbre entre Trump y Putin), las Fuerzas Armadas ucranianas simulen un ataque con drones y misiles contra un área densamente poblada o un centro médico. El objetivo, según Rusia, sería incriminar a las tropas rusas y generar un clima mediático adverso que obstaculice cualquier avance en las conversaciones bilaterales sobre la guerra en Ucrania.
Tensiones en Donetsk antes de la cumbre Trump-Putin
En paralelo a la acusación sobre un posible ataque simulado, el presidente ucraniano manifestó que Rusia exige la retirada total de las tropas ucranianas de la región oriental de Donetsk como parte de un eventual alto el fuego previo a la cumbre Trump-Putin, que tendrá lugar en Alaska. Kiev, que aún controla cerca de 9.000 km² de este territorio estratégico, rechazó categóricamente la propuesta por considerarla inconstitucional y una concesión que incentivaría futuras agresiones rusas.

En el terreno, la situación en Donetsk se ha intensificado. Las fuerzas rusas han logrado penetrar hasta 17 kilómetros en las líneas ucranianas en solo tres días, acercándose a ciudades clave como Pokrovsk y Dobropillia, mientras intentan cercar Kostiantynivka. Analistas militares advierten que la capacidad de Ucrania para frenar este avance dependerá de la disponibilidad y calidad de sus reservas, mientras que líderes europeos, reunidos en una cumbre virtual de emergencia, expresan preocupación con respecto a que el encuentro entre Trump y Putin pueda derivar en concesiones territoriales sin el consentimiento de Kiev.
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