El Reino Unido, a través de sus embajadas en Argentina, Paraguay y Uruguay, lanzó una nueva edición del concurso “Conociendo a mis vecinos de las Islas Malvinas”, una iniciativa que, bajo el formato de intercambio cultural, busca que estudiantes universitarios visiten el archipiélago ocupado durante una semana con todos los gastos pagos. El certamen invita a jóvenes mayores de 18 años a enviar un video de un minuto en inglés explicando “por qué me gustaría conocer a mis vecinos de las Islas Malvinas”.
Soft power con bandera británica
Desde la perspectiva argentina, la propuesta constituye un ejercicio de soft power diseñado para reforzar la ocupación británica en el plano simbólico y mediático. La estrategia incluye la normalización de la presencia colonial al referirse a los isleños como “vecinos” y al archipiélago como si fuera parte natural del entorno regional.

La exigencia de ser “activo en redes sociales” transforma a los ganadores en voceros involuntarios de la narrativa británica, difundiendo contenidos que presentan la ocupación como un hecho consumado y omitendo deliberadamente el reclamo de soberanía argentino reconocido por resoluciones de la ONU.
Silencio oficial y retroceso en la defensa diplomática
Lo más llamativo es la ausencia de una respuesta pública contundente por parte de las autoridades nacionales y provinciales. Ni la Cancillería argentina, ni el gobierno de Tierra del Fuego —jurisdicción a la que pertenecen las Malvinas— han emitido comunicados de rechazo, a diferencia de años anteriores.
En 2022, el Ministerio de Relaciones Exteriores había calificado el concurso como “una actividad que busca legitimar la ocupación británica de las Islas Malvinas” y exhortado a no participar. Incluso la Universidad de Buenos Aires, en 2019, había solicitado formalmente a la embajada británica eliminar toda referencia a la institución en la promoción del certamen.
Hoy, sin embargo, el silencio contrasta con esas posturas previas y deja la iniciativa sin la oposición política e institucional que históricamente generaba. Esta omisión no solo valida por inacción la narrativa británica, sino que además abre la puerta a que este tipo de actividades se consoliden como parte de una campaña de desmalvinización sostenida en el tiempo.

Un concurso con implicancias geopolíticas
El concurso no es un gesto inocente de “buena vecindad”, sino una herramienta más de la diplomacia británica para naturalizar su control sobre un territorio en disputa. En el contexto actual, donde el Reino Unido ha reforzado la militarización del archipiélago —incluyendo el despliegue de cazas Eurofighter Typhoon y ejercicios militares recientes—, este tipo de acciones se inscriben en una estrategia más amplia para afianzar su posición en el Atlántico Sur.
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Pregunto, ¿de que sirvio toda la poliqueteria que hicieron los gobiernos anteriores?
la respuesta es de nada,
Inglaterra se siente fuerte y mientras siga creyendo que pese a la distancia puede prevalecer en un conflicto armado, nunca se va a sentar a negociar nada
La dirigencia politica argentina lo que debe hacer es invertir en defensa, destinar de minima el 2% del PBI o agarrarse del discurso dentro de la OTAN (ya que queremos ser parte?) y destinar el 5%
Y llegar a tener 200 aviones de combate .50 aviones de transporte entre c–130, c-295, 737, A330 y algun avion que se pueda adaptar a bombardero estrategico de largo alcance
8 fragatas 8 destructores 8 submarinos 4 buques logisticos como el patagonia 4 buques de desembarco como los pisco peruanos y ¿un Portaaviones?
Moderizar la fuerzas de artilleria del ejercito e incluir artilleria de coheteria y misileria de largo alcance 1000km minimo,, y drones de largo alcance
Cuando tengamos una fuerzas armadas con equipamiento respetable la van a pensar dos veces y por ahi se sientan a negociar