La Fuerza Aérea de Hungría informó que el pasado 8 de agosto sus cazas JAS-39 Gripen fueron desplegados de urgencia para interceptar aeronaves militares rusas que ingresaron en el espacio aéreo controlado por la misión de Policía Aérea del Báltico (BAP) de la OTAN. El incidente se produjo apenas una semana después de que el país asumiera, como nación líder, las tareas de vigilancia aérea en la región en medio de un escenario de alta tensión geopolítica por la guerra en Ucrania y el deterioro de las relaciones entre Moscú y Europa.
De acuerdo con el reporte oficial publicado por Honvedelem.hu y replicado por Hungary Today, la alerta se activó a las 11:26 hora local, cuando radares detectaron aeronaves no identificadas a 11.000 metros de altitud sobre el mar Báltico. Las aeronaves no mantenían contacto por radio con el control de tráfico aéreo, carecían de plan de vuelo y no operaban con transpondedor, lo que motivó que el Centro Combinado de Operaciones Aéreas de la OTAN en Alemania emitiera una alerta tipo Alpha.

Los cazas húngaros, desplegados desde la base de Siauliai en Lituania, interceptaron y escoltaron a las aeronaves rusas hasta que abandonaron el área, siguiendo los protocolos establecidos por la Alianza Atlántica. Finalizada la operación, regresaron sin incidentes a su base.
Hungría, al frente de la vigilancia aérea báltica
Desde el 1 de agosto de 2025 y durante un período de cuatro meses, Hungría encabeza la misión BAP con un contingente de aproximadamente 80 efectivos y cuatro cazas JAS-39 Gripen, en coordinación con España e Italia y bajo mando de la OTAN. Esta es la cuarta vez que Budapest participa en la operación, tras las rotaciones de 2015-2016, 2019 y 2022.
La misión de Policía Aérea del Báltico se estableció en 2004, tras la adhesión de Estonia, Letonia y Lituania a la OTAN, para garantizar la defensa colectiva de su espacio aéreo. Los países aliados rotan cada cuatro meses en el despliegue de capacidades aéreas avanzadas, ante la ausencia de aviación de combate propia en las tres repúblicas bálticas.

Contexto geopolítico y mensaje estratégico
La interceptación se produce en un momento de máxima sensibilidad en el flanco oriental de la OTAN. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, las misiones de policía aérea han multiplicado sus salidas debido a incursiones y aproximaciones de aeronaves rusas sin identificación.
Analistas militares señalan que estas maniobras de Moscú buscan probar los tiempos de respuesta de la Alianza y enviar señales políticas de proyección de poder en zonas fronterizas. Hungría, pese a mantener históricamente posiciones más conciliadoras hacia Rusia dentro de la OTAN y la Unión Europea, se suma así a las operaciones que buscan reforzar la disuasión en el Báltico.
La acción también refuerza la cooperación multinacional de la OTAN y su capacidad de respuesta inmediata ante violaciones o aproximaciones hostiles al espacio aéreo aliado, un factor clave para contener el riesgo de escaladas no planificadas en el actual clima de confrontación Este-Oeste.
Te puede interesar: La estrategia secreta de Rusia para convertirse en líder en producción de drones














