El diputado Eduardo Bolsonaro denunció públicamente que “Brasil ya no es una democracia” y pidió activar la Cláusula Democrática de la OEA, luego de que su padre -el expresidente Jair Bolsonaro- fuera puesto bajo arresto domiciliario por orden del juez Alexandre de Moraes. La medida se fundamentó en supuestas violaciones a restricciones impuestas previamente por el Supremo Tribunal Federal (STF), entre ellas la prohibición de comunicarse públicamente o participar de actos políticos.

Sin embargo, la defensa del exmandatario, el único hecho atribuido a Bolsonaro, fue haber saludado por videollamada a manifestantes pacíficos, lo cual – afirman – no constituye delito ni infracción.
Esta decisión judicial desató una ola de reacciones dentro y fuera del país. Eduardo Bolsonaro, en un mensaje a la comunidad internacional, aseguró que su padre fue arrestado “no por corrupción, no por un delito, sino por ejercer su libertad de expresión”, y calificó el accionar del STF como una “dictadura judicial disfrazada de justicia”.
El legislador también instó a los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) a activar la Cláusula Democrática Interamericana, prevista en la Carta Democrática de la organización, al considerar que la detención arbitraria de su padre constituye una ruptura del orden constitucional.
Estados Unidos condena la decisión del Tribunal Supremo Federal de Brasil
Desde el Departamento de Estado de Estados Unidos, la respuesta no tardó en llegar. A través de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, el Gobierno estadounidense expresó su “preocupación por la persecución política” a Jair Bolsonaro y condenó la decisión del Supremo Tribunal Federal, señalando directamente al juez Alexandre de Moraes como “una amenaza a la democracia brasileña”.

Asimismo, se recordó que Moraes ya había sido sancionado por Washington, bajo la Ley Magnitsky, por presuntas violaciones a derechos fundamentales. La Casa Blanca también avaló la congelación de activos del magistrado en territorio estadounidense, medida adoptada por orden del presidente Donald Trump.
Los Bolsonaro buscan sumar apoyo en Europa
Pero esto no se quedó ahí, la tensión también escaló en el ámbito europeo. Parlamentarios del bloque conservador en Bruselas solicitaron formalmente que los países de la Unión Europea se sumen a las sanciones impulsadas por Estados Unidos. En paralelo, Eduardo Bolsonaro, radicado temporalmente en EE.UU., anunció una gira por Europa para denunciar “la deriva autoritaria del sistema judicial brasileño” y sumar respaldo internacional para su causa.

Mientras tanto, en Brasil, la tensión política no cede. El senador Flávio Bolsonaro exigió el inicio de un juicio político contra el magistrado, alegando “abuso de poder”, mientras miles de ciudadanos salieron a las calles en diversas ciudades exigiendo la amnistía para los manifestantes detenidos en enero de 2023 y el fin de una supuesta persecución política.
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