Las recientes restricciones de China sobre las exportaciones de minerales estratégicos están generando una grave disrupción en la cadena de suministro del sector defensa de EE.UU. Con materiales como germanio, galio y antimonio bloqueados o fuertemente controlados, contratistas militares enfrentan demoras en la producción, aumentos de costos y búsqueda desesperada de proveedores alternativos. Mientras Pekín mantiene una línea dura, Washington acelera inversiones en producción nacional y advierte que la dependencia china representa una amenaza directa a la seguridad nacional.
Una cadena de suministro militar al borde del colapso
Desde sistemas de misiles hasta sensores infrarrojos y motores de aviones de combate, más de 80.000 componentes utilizados en la industria militar estadounidense dependen de minerales que hoy están bajo control de China. Según un informe de la firma de software de defensa Govini, prácticamente todas las cadenas de suministro de defensa incluyen al menos un proveedor chino. Empresas como Leonardo DRS ya alertaron que sus reservas de germanio están en niveles críticos, mientras que fabricantes de drones han sufrido retrasos de hasta dos meses al intentar reemplazar imanes con origen en tierras raras chinas.

El Pentágono, por su parte, reaccionó a estas restricciones con medidas urgentes. Exigió a los contratistas eliminar materiales de origen chino antes de 2027, mientras invierte millones en fomentar la producción local y alianzas con proveedores en Japón, Europa y América del Norte. Sin embargo, el reemplazo no es inmediato. Algunas empresas han sido obligadas a cortar lazos con proveedores chinos tras negarse a revelar información sensible sobre sus productos. Al mismo tiempo, EE.UU. enfrenta precios multiplicados hasta por 60 veces en algunos materiales clave, lo que deja en evidencia el profundo impacto de las exportaciones restringidas.
Minerales estratégicos para la defensa
Más allá de las restricciones comerciales puntuales, el problema estructural para EE.UU. reside en su profunda dependencia de China (y en menor medida, Rusia) para el suministro de una docena de minerales clasificados como estratégicos para la defensa nacional. Según un estudio del think tank Silverado Policy Accelerator, estos minerales estratégicos de defensa incluyen germanio, galio, antimonio y otros elementos fundamentales no solo para equipos militares como misiles o sensores ópticos, sino también para la fabricación de semiconductores y tecnología avanzada.

El análisis de Silverado, difundido en 2024, cruzó listas de los Departamentos de Defensa, Energía e Interior, y aplicó un índice de riesgo basado en tres factores: dependencia neta de importaciones, porcentaje de importaciones desde China y Rusia, y participación global de esos países en las distintas etapas de procesamiento. El resultado subrayó que no todos los minerales críticos son iguales. Algunos son vitales para el funcionamiento del aparato militar y económico, y merecen una respuesta gubernamental prioritaria.
Frente a esta vulnerabilidad estructural, Washington busca reducir su exposición a exportaciones restringidas mediante incentivos a la producción nacional, acuerdos con aliados y una mayor vigilancia geoeconómica sobre los llamados “entidades extranjeras de preocupación” (FEOCs, por sus siglas en inglés), entre las que China ocupa un rol dominante.
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