El Ministerio de Defensa de China acusó públicamente a las autoridades de Taipéi de utilizar a la población civil como “carne de cañón” tras una nueva serie de ejercicios militares y simulacros de defensa civil realizados durante el mes de julio en la isla. La declaración fue pronunciada el 30 de julio por el vocero del ministerio, Zhang Xiaogang, en una conferencia de prensa en Beijing, donde condenó las maniobras defensivas de Taiwán como “una provocación inútil que solo acelera su autodestrucción”.
“Bajo el pretexto de proteger Taiwán, están dañando y destruyendo a Taiwán, obligando a su gente a convertirse en carne de cañón”, declaró Zhang. Las críticas del gobierno chino apuntan principalmente al gobierno del Partido Democrático Progresista (PDP), al que acusaron de “conspiración maligna” y de utilizar una narrativa belicista para justificar una estrategia de resistencia total ante un eventual avance militar de China.
Maniobras civiles y ejercicios urbanos de defensa
Durante julio, Taipéi llevó adelante el Wanan, su simulacro civil anual de defensa, junto con la edición 2025 de los ejercicios militares Han Kuang, considerados el máximo ensayo de preparación ante un posible conflicto armado con la República Popular China. Este año, las maniobras incluyeron tanto escenarios de combate en playas como simulacros de lucha urbana en centros densamente poblados de la isla, evidenciando un cambio doctrinario hacia la guerra asimétrica y la defensa territorial integral.

Las autoridades taiwanesas sostienen que este tipo de ejercicios son una respuesta necesaria a la presión militar constante por parte del Ejército Popular de Liberación, que ha incrementado significativamente sus operaciones aéreas y navales alrededor de la isla, incluso con sobrevuelos frecuentes en la zona de identificación de defensa aérea taiwanesa (ADIZ).
Beijing redobla la retórica
Zhang Xiaogang sostuvo que “los ejercicios del PDP son un simple show político que no pueden alterar el curso inevitable del fracaso de la independencia de Taiwán”. Además, advirtió que “las acciones erráticas traerán destrucción, sin importar cuánto se esfuercen, será en vano”.
Este tipo de declaraciones se inscribe en una narrativa que busca deslegitimar los preparativos defensivos taiwaneses y reforzar el reclamo histórico de soberanía territorial que China sostiene sobre la isla. Desde la óptica de Beijing, Taiwán es una provincia rebelde y su reunificación es considerada una cuestión de interés nacional prioritario, incluso por medios no pacíficos si fuera necesario.

Respaldo internacional y estrategias de disuasión
Ante esta creciente presión, Taiwán ha redoblado su inversión en defensa, adquiriendo sistemas de armas de corto alcance, tecnología de misiles guiados, drones y reforzando su infraestructura militar en zonas estratégicas. En este contexto, el respaldo indirecto de Estados Unidos resulta clave: pese a no tener relaciones diplomáticas formales con la isla, Washington se mantiene como el principal proveedor de armamento y aliado político en la región.
La profundización de estos vínculos ha sido motivo de repetidas advertencias por parte del gobierno chino, que considera tales acciones como injerencias inaceptables en su soberanía. La creciente militarización del estrecho de Taiwán se ha transformado en uno de los principales focos de tensión geopolítica en el Indo-Pacífico.
Te puede interesar: China acusa a EE.UU. de usar el Mar Meridional para desplegar fuerzas militares en Indo-Pacífico











