Turquía está a punto de cerrar un acuerdo estratégico para la compra de 40 cazas Eurofighter Typhoon, tal como informó Zona Militar, tras haber alcanzado entendimientos clave con el Reino Unido y Alemania. La operación, que había estado bloqueada por reticencias políticas en Berlín, se destraba en un momento en que Ankara busca modernizar rápidamente su flota aérea ante crecientes desafíos de defensa regional. Este paso fortalecería no solo la capacidad operativa de la Fuerza Aérea turca, sino también su integración en proyectos multilaterales europeos vinculados al desarrollo y mantenimiento de los Eurofighter.
Impulso para la defensa turca con nuevos Eurofighter
El 23 de julio, Turquía firmó un acuerdo preliminar con el Reino Unido que autoriza a Ankara a operar los Eurofighter Typhoon, mientras que Alemania aprobó la entrega de 40 unidades a su aliado de la OTAN, una decisión precedida por años de bloqueos debidos a tensiones políticas entre Berlín y Ankara. El memorándum fue firmado por el ministro de Defensa turco, Yasar Guler, y su par británico, John Healey, reforzando la cooperación bilateral en defensa y acercando al país a formar parte del “club Typhoon”.
Esta adquisición se suma a las negociaciones con EE.UU. para comprar 40 F‑16, lo que refleja una estrategia dual para modernizar urgentemente la fuerza aérea turca atrapada entre sanciones y retrasos en el desarrollo del caza local KAAN. Ankara busca cubrir brechas provocadas por la salida del programa F‑35 tras la compra de sistemas rusos S‑400 y anticipa que estos Eurofighter servirán como puente hasta la entrada en servicio del KAAN, estimada para 2028.

Una fuerza aérea en construcción
Más allá del Eurofighter, Turquía está consolidando una ambiciosa estrategia para convertirse en una de las principales potencias aéreas del Medio Oriente. Ankara busca complementar la adquisición de los cazas europeos con un conjunto de aeronaves que incluye F‑16 Vipers modernizados, el caza furtivo nacional KAAN y drones avanzados como el Akinci, Kizilelma y Anka-3. Esta combinación de tecnologías de combate tripuladas y no tripuladas posicionaría al país como uno de los pocos con capacidad de desarrollar, operar y exportar sistemas de quinta generación y vehículos aéreos no tripulados de largo alcance con inteligencia artificial y autonomía táctica.

Tras haber sido expulsada del programa F‑35 en 2019 por la compra de sistemas antiaéreos rusos S‑400, Turquía intenta recomponer su relación con EE.UU. y volver a ingresar al consorcio. Las negociaciones están en curso y Washington ya flexibilizó su postura con la venta reciente de los 40 F‑16 y kits de modernización. Si logra concretar sus planes, Turquía estaría próxima a ensamblar una de las flotas aéreas más modernas y versátiles del hemisferio oriental, con proyección regional y vocación exportadora.
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