Altos mandos militares de EE.UU. advirtieron que el país, junto con sus aliados de la OTAN, podría enfrentar un conflicto simultáneo con China y Rusia en un plazo tan corto como 18 meses. La proyección, divulgada por el Comandante Supremo Aliado en Europa, general Alexus Grynkewich, prevé una coordinación estratégica entre Pekín y Moscú para desestabilizar a Occidente antes de 2027, año considerado clave en las ambiciones geopolíticas de ambos regímenes.
La hipótesis de un doble frente toma fuerza en Europa y Asia
Durante una reunión en Wiesbaden, Alemania, con líderes de defensa y representantes de la industria armamentística, el general Alexus Grynkewich, Jefe del Comando Europeo de EE.UU. y Comandante Supremo Aliado en Europa de la OTAN, lanzó una advertencia que resonó en todos los círculos estratégicos occidentales: EE.UU. y Europa tendrían menos de 18 meses para prepararse ante un posible ataque simultáneo de China y Rusia. Según su análisis, 2027 podría marcar el inicio de un conflicto de escala global si Pekín decide avanzar militarmente sobre Taiwán, y Moscú, en paralelo, lanza una ofensiva sobre algún miembro oriental de la OTAN para distraer y debilitar la respuesta occidental.

La tesis plantea que Xi Jinping podría coordinar con Vladímir Putin una ofensiva dividida que obligue a la OTAN a dispersar recursos y atención. En este escenario, Rusia sería utilizada como fuerza de choque para desgastar a Europa, con posibles blancos como Estonia o los Estados bálticos. Dadas estas circunstancias, la OTAN quedaría obligada a responder en dos frentes simultáneos, lo que requeriría máxima preparación logística, reservas de armamento y coordinación política. Tanto Grynkewich como el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, coinciden en que el margen de tiempo para fortalecer la defensa colectiva está agotándose rápidamente.
El tiempo se agota y la disuasión requiere acción inmediata
El general Grynkewich encabezó la sesión inaugural del foro LANDEURO en Wiesbaden, Alemania, donde trazó un paralelismo entre momentos clave en la historia de la Alianza y el presente. Recordó que, desde la adhesión de Alemania a la OTAN hasta la respuesta al 11-S, hubo instancias que redefinieron la postura estratégica occidental. Hoy, afirmó, enfrentamos otro de esos puntos de inflexión: una amenaza global persistente que requiere preparación simultánea en Europa, Medio Oriente y el Indo-Pacífico.

Grynkewich subrayó que la OTAN está en camino, pero que la clave ahora es transformar compromiso en capacidad concreta. En ese sentido, destacó el ejercicio Steadfast Deterrence 2025, con la participación de 90.000 tropas, 50 buques, más de 80 aeronaves y más de 1.100 vehículos de combate de los 32 países aliados, como un hito en maniobras conjuntas y control operativo. A su vez, celebró el histórico acuerdo de destinar el 5% del PBI a defensa alcanzado en la última cumbre, pero advirtió que el verdadero desafío es convertir ese gasto en resultados tangibles en el campo de batalla.
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