La ofensiva rusa en Ucrania ha registrado un nuevo punto de inflexión, con avances significativos en tres frentes claves: Konstantinivka, Pokrovsk y Zaporiyia. Estas operaciones, marcadas por un despliegue coordinado de unidades mecanizadas, aerotransportadas y de reconocimiento, amenazan con cortar rutas logísticas vitales para el Ejército ucraniano y consolidar un escenario de cercamiento en varios sectores del frente oriental y meridional.
Konstantinivka: ruptura del frente y riesgo de cerco
En el eje de Konstantinivka, las fuerzas rusas lograron la captura de Yablonivka, un punto estratégico cuya caída debilita severamente las líneas de abastecimiento ucranianas al sur del embalse Kleban-Byk. Las operaciones estuvieron lideradas por el 33° Regimiento Motorizado de la 20° División de Fusileros de la Guardia, que tras semanas de asedio logró perforar las defensas ucranianas y avanzar hacia Aleksandro-Kalinove, donde ya se desarrollan tareas de limpieza.

Simultáneamente, unidades rusas consolidaron su posición en Poltavka con intensos combates urbanos, y levantaron su bandera en los distritos occidentales de Bela Gora tras una prolongada resistencia. El punto más crítico fue la toma de Shcherbinivka, tras ocho meses de enfrentamientos, lo que abre nuevas rutas hacia el embalse y coloca a las fuerzas ucranianas en una situación de aislamiento operativo, bajo constante hostigamiento de drones y artillería rusos.
Pokrovsk: presión sobre Mirnograd y ofensiva urbana
El sector de Pokrovsk también fue escenario de avances decisivos. Las fuerzas rusas del Grupo de Fuerzas Centro tomaron el control total de Zverevo y Novoekonomichne, reconfigurando la geometría del frente y ejerciendo una presión directa sobre Mirnograd (antigua Dimitrov), donde ya han comenzado los asaltos desde el este y el sur.
En la ciudad, las tropas ucranianas intentan frenar el avance fortificando edificios altos y desplegando barreras antitanque. No obstante, la acción de grupos de sabotaje y reconocimiento rusos detrás de las líneas enemigas ha generado caos y hasta incidentes de fuego amigo entre soldados ucranianos, según reportes preliminares.
Además, las unidades rusas intensifican su ofensiva sobre Krasny Liman y la mina Krasnolimanska, así como sobre puntos estratégicos a lo largo de la carretera T-0406, lo que genera una creciente tensión en las líneas defensivas ucranianas, forzadas a dividir sus escasos recursos entre múltiples amenazas.

Zaporiyia: avance hacia Stepnogorsk y presión sobre el Dniéper
En el frente sur, Rusia ha lanzado un asalto a gran escala hacia Stepnogorsk, luego de consolidar la toma de Kamenské. Unidades aerotransportadas lideran la ofensiva, apoyadas por maniobras secundarias que dislocan las posiciones ucranianas. En Plavni, la resistencia ucraniana se limita ya a los suburbios del norte, mientras el resto del asentamiento fue controlado por las fuerzas rusas.
La recuperación de Kamenské se ha convertido en una plataforma operativa clave para proyectar fuerza hacia el Dniéper. Aunque Stepnogorsk es el objetivo inmediato, el patrón operativo sugiere una estrategia más ambiciosa: avanzar hasta las puertas de Zaporiyia, una ciudad de gran valor estratégico e industrial.
Evaluación operativa: Rusia gana iniciativa táctica
Estas ofensivas combinadas ponen en evidencia la capacidad del Ejército ruso para sostener una campaña ofensiva de múltiples ejes, integrando maniobras terrestres, inteligencia en tiempo real y uso intensivo de sistemas no tripulados. La amenaza de cerco en Konstantinivka, la presión directa sobre centros urbanos como Mirnograd, y la proyección en Zaporiyia son señales de una renovada iniciativa táctica rusa, en un momento en que las Fuerzas Armadas ucranianas enfrentan limitaciones crecientes para reposicionar sus reservas y mantener la integridad de su línea defensiva.
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