Un destacado experto en control de armas ha instado a Estados Unidos y Rusia a desarrollar un nuevo acuerdo para reemplazar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (New START), argumentando que su renovación beneficiaría a toda la comunidad internacional. La declaración surge en un momento crítico, con el tratado actual programado para expirar en 2026 y las tensiones geopolíticas en aumento.
Lo que tenés que saber:
- Daryl G. Kimball, director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas, considera vital un acuerdo provisional entre Trump y Putin.
- El Tratado New START expirará en 2026, y las negociaciones para un nuevo acuerdo requieren tiempo considerable.
- Sin un nuevo acuerdo, ambas potencias podrían aumentar sus arsenales nucleares por primera vez en más de 35 años.
- Rusia suspendió su participación en el tratado en febrero de 2023, aunque no se retiró formalmente del mismo.
El Tratado New START, firmado en 2010, ha sido considerado el estándar de oro en materia de desarme nuclear. Este acuerdo establece límites específicos para ambas potencias: no más de 700 misiles balísticos intercontinentales desplegados, submarinos y bombarderos estratégicos, junto con un máximo de 1.550 ojivas nucleares desplegadas. La importancia de estos límites radica en su capacidad para mantener un equilibrio estratégico y reducir el riesgo de una carrera armamentística.

La suspensión de la participación rusa en el tratado ha generado preocupaciones significativas en la comunidad internacional. El presidente Vladimir Putin justificó esta decisión argumentando la necesidad de considerar los arsenales nucleares de otros miembros de la OTAN, como Reino Unido y Francia, antes de reanudar las negociaciones. Esta postura refleja las complejas dinámicas geopolíticas que rodean el control de armas nucleares en el contexto actual.
Las implicaciones de no renovar el tratado son profundas. Sin restricciones formales, tanto Estados Unidos como Rusia podrían verse tentados a expandir sus capacidades nucleares, lo que podría desencadenar una nueva carrera armamentística. Esta escalada no solo aumentaría los riesgos de seguridad global, sino que también desviaría recursos significativos hacia el desarrollo militar en lugar de prioridades sociales y económicas. La urgencia de las negociaciones se ve acentuada por la necesidad de mantener la estabilidad estratégica en un mundo cada vez más multipolar.
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