Estados Unidos se retiró oficialmente de las negociaciones sobre Gaza celebradas en Doha, alegando la “falta de voluntad” de Hamás para alcanzar un alto el fuego. La decisión fue confirmada por el enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, quien ordenó la salida del equipo negociador estadounidense tras la última respuesta del grupo islamista, calificada como un “acto egoísta”. La delegación israelí, por su parte, ya había abandonado la capital qatarí horas antes para realizar nuevas consultas con el gobierno de Benjamín Netanyahu.

El diplomático advirtió que se están considerando “opciones alternativas” para liberar a los rehenes israelíes y buscar un escenario más estable en Gaza, aunque no se detallaron cuáles serían esas vías. En este contexto, la administración de Donald Trump enfrenta otro revés en su objetivo de alcanzar una solución rápida al conflicto, en medio de una crisis humanitaria cada vez más aguda en el enclave palestino.
Exigencias contrapuestas y condiciones irreconciliables paralizan el acuerdo
Las diferencias entre las partes han estancado las conversaciones pese a semanas de esfuerzos diplomáticos. Hamás endureció sus condiciones y ahora exige la liberación de 150 prisioneros con cadena perpetua y 2.000 detenidos por Israel tras el ataque del 7 de octubre de 2023, según medios israelíes.

Además, Hamás exige que el acuerdo contemple una cláusula que impida la reanudación de la ofensiva militar israelí tras los 60 días de tregua iniciales si no se alcanza un alto el fuego definitivo. Israel, en cambio, ha sido tajante: retomará las operaciones militares si no hay un acuerdo al finalizar ese plazo. En paralelo, el ejército israelí ha intensificado sus ataques, dejando más de 90 muertos en las últimas 24 horas y elevando el total de víctimas en Gaza a cerca de 60.000, según reportes locales.
Sin avances concretos, la diplomacia de Trump suma otro fracaso en Medio Oriente
El estancamiento en Doha también representa un golpe para los intentos de Donald Trump de reposicionarse como mediador global. Tras reuniones recientes con Netanyahu en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense había promovido una estrategia para lograr una tregua e incluso aspiraba a un Premio Nobel de la Paz. No obstante, tanto en Gaza como en el conflicto en Ucrania, los avances diplomáticos han sido escasos.

Por su parte, la oficina de Netanyahu agradeció los esfuerzos de mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto, pero evitó brindar detalles sobre las razones específicas del retiro.
Con las posturas cada vez más enfrentadas, la posibilidad de un cese de hostilidades sigue diluyéndose. Mientras Hamás insiste en condiciones que Israel considera inaceptables, y Washington abandona el proceso ante la falta de progreso, el conflicto en Gaza continúa sin solución visible y con una crisis humanitaria que se agrava día tras día.
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