En una nueva demostración de fuerza naval y cooperación estratégica, portaaviones de Estados Unidos y el Reino Unido realizaron operaciones conjuntas en el Indo-Pacífico, en el marco del ejercicio militar Talisman Sabre 2025. La maniobra, desarrollada en el Mar de Timor, al norte de Australia, ocurre en un contexto marcado por el creciente protagonismo de China en la región y refleja la voluntad de las potencias occidentales de reafirmar su presencia ante las tensiones geopolíticas emergentes.
Cooperación angloestadounidense en alta mar
El portaaviones nuclear USS George Washington (CVN-73), acompañado por el crucero USS Robert Smalls y el destructor USS Shoup, encabezó la participación estadounidense. Por su parte, el HMS Prince of Wales, que lidera una agrupación naval del Reino Unido en una misión de ocho meses iniciada en abril, operó junto a los destructores HMS Dauntless, el buque logístico RFA Tidespring, el destructor australiano HMAS Sydney, la fragata noruega HNoMS Roald Amundsen y la fragata canadiense HMCS Ville de Québec.

Las imágenes divulgadas por la Armada de los EE.UU. mostraron a las unidades navegando en formación mientras aviones de combate estadounidenses, incluidos los F-35C del Carrier Air Wing 5 desplegados en el USS George Washington, realizaban operaciones aéreas sobre el grupo combinado. El HMS Prince of Wales, por su parte, transportaba hasta dos docenas de cazas F-35B, capaces de despegues cortos y aterrizajes verticales, diseñados específicamente para operar en portaaviones sin pista convencional.
Talisman Sabre 2025: poder naval y mensaje estratégico
El ejercicio conjunto se inscribe en la edición 2025 de Talisman Sabre, la mayor maniobra militar bilateral entre Australia y Estados Unidos. Este despliegue tiene por objetivo reforzar la interoperabilidad entre aliados y profundizar las capacidades colectivas para enfrentar escenarios de crisis en la región del Indo-Pacífico. La Armada estadounidense lo calificó como una muestra concreta del compromiso con “un Indo-Pacífico libre y abierto”.

Por su parte, la Armada Real británica señaló que esta operación “reunió capacidades avanzadas de aviación embarcada en una poderosa fuerza naval aliada”, reafirmando el compromiso de las naciones occidentales con la seguridad colectiva en una región que se ha convertido en epicentro de disputas estratégicas.
El trasfondo: respuesta a la expansión naval china
El ejercicio se produjo semanas después del simultáneo despliegue de dos portaaviones chinos en el Pacífico Occidental, interpretado como una movida directa para disputar la supremacía marítima estadounidense. Beijing no ha emitido declaraciones oficiales respecto a estos ejercicios aliados, aunque se espera que observe con atención el desarrollo de los mismos.
La participación del USS America, un buque de asalto anfibio que también opera cazas F-35B, refuerza aún más la señal hacia China. Este buque fue visto realizando operaciones aéreas en el Mar del Coral, al noreste de Australia, en la antesala de un posible triple grupo de ataque con portaaviones de quinta generación.
La dimensión geopolítica de un ejercicio militar
Desde 2021, esta es la cuarta ocasión en que un miembro europeo de la OTAN despliega un portaaviones en el Indo-Pacífico, subrayando el interés transatlántico en limitar el avance de China mientras Estados Unidos equilibra sus compromisos globales, incluyendo Medio Oriente. El HMS Prince of Wales, que tiene programado arribar a Japón en las próximas semanas, representa también un gesto diplomático en un tablero donde las alianzas tradicionales están siendo reconfiguradas frente a nuevos desafíos.
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