El campo de batalla en el este de Ucrania se ha convertido en el escenario de una ofensiva sostenida por parte de las fuerzas rusas, que buscan capitalizar los avances logrados en las últimas semanas. La estrategia del Kremlin parece haber encontrado un inesperado respiro en la política exterior de Estados Unidos: el presidente Donald Trump impuso un plazo de 50 días antes de aplicar nuevas sanciones secundarias, ofreciendo a Moscú una oportunidad crítica para redoblar su presión militar.
En este contexto, se estima que alrededor de 160.000 soldados rusos se agrupan en las cercanías de la línea del frente, preparados para una ofensiva de verano de gran escala. Las tropas han logrado avances paulatinos, pero significativos en torno a tres puntos clave del este ucraniano: Pokrovsk, Kostyantynivka y Kupiansk, lo que amenaza con aislar a las fuerzas ucranianas desplegadas en la región.

Pokrovsk: el nuevo epicentro del cerco ruso
Las últimas 72 horas han sido críticas en la zona de Pokrovsk. Las fuerzas rusas han logrado aproximarse a Rodynske, un asentamiento clave al noreste de la ciudad, cuya captura podría cortar rutas logísticas vitales. Al oeste, la localidad de Udachne también está bajo presión, lo que refuerza la maniobra envolvente rusa para cercar a las unidades ucranianas.
Un comandante ucraniano identificado como “Músico”, al mando de una unidad de drones de la 38.ª Brigada de Infantería de Marina, confirmó a CNN que los avances rusos han sido consistentes y bien planificados: “Si logran tomar Rodynske, la situación será crítica. Hay una o dos rutas de abastecimiento que pueden quedar bajo su control, lo que comprometería totalmente nuestra capacidad de resistencia”.
Los paralelismos con la caída de Avdiivka en 2024 son inevitables. Allí, las tropas ucranianas resistieron durante meses, hasta que la falta de refuerzos y suministros obligó a una retirada en condiciones adversas. La misma dinámica amenaza ahora con repetirse en Pokrovsk.

Kostyantynivka y Kupiansk: frentes secundarios bajo asedio
Los informes de la plataforma ucraniana DeepState, que monitorea los movimientos del frente, también señalan avances sostenidos hacia Kostyantynivka desde el sureste y suroeste. Esta ciudad, otro nodo estratégico en Donetsk, sufre ataques diarios con drones y artillería pesada.
En Kupiansk, al noreste de Ucrania y próxima a Járkiv, las fuerzas rusas han avanzado desde Holubivka y ya controlan un acceso clave por la localidad de Radkivka. Si consolidan su presencia allí, Moscú podría asegurar la amenaza directa sobre la segunda ciudad más importante del país.
El bloguero militar ucraniano Stanislav Buniatov (“Osman”) advirtió que las pérdidas rusas en estos enfrentamientos —en algunos casos entre el 70% y el 90% del personal y equipamiento— no han detenido el avance: “El enemigo sigue avanzando, y todos entendemos por qué”, escribió en referencia al desgaste humano que Moscú está dispuesto a asumir para mantener la iniciativa.

Crisis de mando y desinformación interna
Más allá del terreno, emergen señales preocupantes desde el interior de las propias filas ucranianas. DeepState denunció que informes falsos enviados por mandos intermedios a sus superiores están impidiendo una correcta evaluación del estado real de las unidades. Esta cadena de desinformación afecta especialmente al flanco sur de Pokrovsk, descrito como extremadamente vulnerable.
“Las mentiras en los reportes destruyen nuestra capacidad de respuesta. Esto es un problema de proporciones catastróficas”, alertaron desde la plataforma, subrayando que estas fallas internas podrían ser tan determinantes como el propio fuego enemigo.
El factor Trump: ¿un margen para Putin?
Mientras tanto, el presidente estadounidense Donald Trump ofreció una ventana de 50 días antes de aplicar sanciones más severas contra Rusia, una decisión que ha generado controversia entre analistas internacionales. El canciller ruso Serguéi Lavrov desestimó el ultimátum: “Ya hemos pasado por plazos de 24, de 100 días… esto no nos inquieta”, declaró.
Según Keir Giles, experto de Chatham House, esta demora da a Moscú margen para maniobrar diplomáticamente y consolidar sus avances en el campo de batalla. “Una vez más, Rusia podría elaborar su propio plan alternativo y dejar a Washington descolocado. Trump, al extender arbitrariamente sus plazos, prolonga el sufrimiento ucraniano”, escribió.
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