Trump anunció aranceles del 30% a las importaciones europeas, con entrada en vigor el 1 de agosto del 2025. La reacción europea no se hizo esperar. La semana pasada, las negociaciones parecían llegar a un acuerdo, ya que la UE había aceptado un arancel base del 10% sobre sus exportaciones hacia Estados Unidos. Aún quedaba por negociar exenciones sectoriales, pero Bruselas había logrado asegurar un 0% para aeronaves y bebidas espirituosas, y algunos aranceles estadounidenses por encima del 10% para productos agrícolas.

A principios de este año, Trump también impuso un arancel del 25% al acero y al aluminio europeo, así como a los automóviles, en un esfuerzo por reducir la dependencia del extranjero y fomentar una mayor producción nacional.
Sin embargo, el fin de semana pasado, Donald Trump publicó en Truth Social una carta enviada a la Comisión Europea en la que amenazaba con imponer aranceles del 30% a las importaciones de la UE si no se alcanzaba un acuerdo antes del 1 de agosto.
Contexto
En una escalada que ha alarmado a los aliados de Estados Unidos, Trump anunció los nuevos aranceles tras semanas de negociaciones fallidas con los principales socios comerciales del país. El objetivo era alcanzar un acuerdo comercial integral que finalmente no prosperó.
Trump también envió cartas a otros socios como México, Canadá y Brasil, advirtiendo de la posibilidad de imponer tasas arancelarias que podrían ir del 20% hasta el 50%, como el arancel anunciado sobre el cobre.
Represalias de la UE
En respuesta a esta situación, la Comisión Europea presentó una lista de productos estadounidenses por el valor de 72000 millones de euros que podrían verse afectados por represalias arancelarias.
El comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, presentó el lunes la propuesta a los ministros de Comercio de la UE reunidos de forma extraordinaria en Bruselas. Šefčovič insistió en que la Comisión debe estar preparada para aplicar medidas si no se aplica un acuerdo.
La lista definitiva aún debe ser adoptada formalmente por los Estados miembros y está dirigida a una amplia gama de productos, incluidos aviones estadounidenses y el whisky Bourbon.
Sectores más afectados
Entre los sectores más afectados está la industria alimentaria, que se muestra profundamente preocupada por el posible impacto. Afirman que un arancel del 30% sería devastador para los exportadores europeos de productos como el queso, el vino y el aceite de oliva. Esto también afectará a productos icónicos como los vinos y licores escoceses.

También se verían fuertemente afectados países como Alemania, que exporta automóviles a gran escala. El incremento del 30% impactaría directamente en los márgenes de marcas como Volkswagen, BMW y Mercedes. El sector aeronáutico — como empresas como Boeing — y la maquinaria industrial también sufrirán consecuencias, junto a productos químicos, plástico, equipos médicos y eléctricos, entre otros. Algunos de estos sectores están incluidos en las listas de represalias de la UE, pero el efecto será doble: golpeará tanto a las empresas europeas como a las industrias norteamericanas que dependen de insumos importados desde la Unión Europea.
La pulseada final
Con las negociaciones contra reloj, el riesgo de una nueva guerra comercial entre las mayores economías del mundo se convierte en una amenaza real para la estabilidad global. El resultado dependerá de ambas partes para negociar un acuerdo antes del 1 de agosto. Trump vuelve a la escena con una política comercial agresiva que pone en riesgo no solo el crecimiento comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, sino que también puede tener efectos colaterales en distintas regiones del mundo, incluida la Argentina.
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