En un pronunciamiento oficial, la República Argentina manifestó su profunda preocupación y rechazo tras el ataque de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en la Franja de Gaza, ocurrido el 17 de julio de 2025. El hecho provocó la muerte de al menos cuatro civiles palestinos, heridas a otras siete personas —entre ellas el párroco argentino Gabriel Romanelli— y daños materiales en una institución religiosa que servía como refugio para víctimas del conflicto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores argentino exigió explicaciones al Estado de Israel y demandó la pronta asistencia al sacerdote argentino y a los miembros de la comunidad afectada. “La Argentina renueva su llamado al restablecimiento de las condiciones que permitan la paz y la seguridad en la región”, señala el comunicado oficial. Asimismo, reafirmó su compromiso con la protección de lugares de culto, el respeto a la libertad religiosa y la salvaguarda de civiles en zonas de conflicto, principios fundamentales del derecho internacional humanitario.
Un ataque que sacude a la comunidad cristiana internacional
La ofensiva israelí alcanzó la parroquia católica ubicada en el barrio de Zaytoun, Ciudad de Gaza, provocando una grave conmoción internacional. Entre las víctimas fatales se encuentran dos mujeres palestinas que se encontraban dentro del complejo, mientras que el padre Romanelli, de nacionalidad argentina y párroco de la comunidad, sufrió heridas leves en las piernas. Romanelli había mantenido contacto regular con el fallecido papa Francisco durante los meses más intensos del conflicto.

Las imágenes del bombardeo y los relatos de los sobrevivientes indican que el ataque afectó también a desplazados que buscaban refugio en el templo. El Hospital Árabe Al-Ahli confirmó que recibió a varios heridos, incluidos dos en estado crítico. El Patriarca Latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, confirmó la cifra de víctimas en declaraciones a la agencia SIR.
Repercusiones globales y respuestas diplomáticas
Desde el Vaticano, el papa León XIV expresó su “profunda tristeza” y reiteró su pedido de un “alto el fuego inmediato” y el inicio de un proceso de “diálogo, reconciliación y paz duradera”. Por su parte, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, calificó el bombardeo como “inaceptable” y advirtió sobre la sistemática afectación de civiles y estructuras religiosas por parte del Ejército israelí.
Cabe recordar que en diciembre de 2023, la misma iglesia había sido blanco de un francotirador israelí que asesinó a una madre y su hija, marcando un antecedente de violencia directa contra el recinto.
Ante la consulta de medios internacionales, las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron que se encuentran “examinando las circunstancias del incidente” y aseguraron que “el respeto a todas las religiones y lugares de culto es un principio fundamental, incluso en tiempos de intensas hostilidades”. No obstante, reiteraron que “las FDI no atacan intencionalmente lugares religiosos o civiles” y atribuyeron lo ocurrido al carácter “extremadamente complejo del entorno operativo”.
Una guerra sin tregua
El conflicto en Gaza, iniciado tras los ataques del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamás —considerado grupo terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea—, lleva ya 21 meses de hostilidades constantes. La respuesta israelí, que se justifica bajo el argumento de legítima defensa, ha derivado en una catástrofe humanitaria: hospitales, universidades, viviendas y centros religiosos han sido arrasados, y más de 90 personas, incluidos niños, murieron tan solo el 17 de julio de 2025.
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