La Embajada de Estados Unidos en Manila anunció este miércoles que la Armada estadounidense construirá dos bases dedicadas al mantenimiento y reparación de embarcaciones militares filipinas en la provincia de Palawan, ubicada frente al Mar de China Meridional. Las obras se llevarán a cabo en Oyster Bay y en la ciudad de Quezón, como parte del compromiso bilateral de mantener un “Indopacífico libre, abierto y resiliente”.
Palawan es un punto estratégico en la disputa por las aguas del Mar de China Meridional, región que Pekín reclama casi en su totalidad pese a las objeciones de varios países del sudeste asiático.

La iniciativa se enmarca en una intensificación de las tensiones entre las guardias costeras de Filipinas y China, particularmente en áreas como el banco de arena de Second Thomas Shoal y el atolón de Scarborough, donde se han registrado colisiones, maniobras agresivas y bloqueos de embarcaciones en los últimos meses.
EE. UU. respalda a Filipinas en el conflicto marítimo con China
Washington, aunque no tiene reclamos soberanos en el Mar de China Meridional, ha reiterado su obligación de defensa hacia Filipinas, su aliado más antiguo en Asia, bajo el Tratado de Defensa Mutua de 1951. Según ese compromiso, cualquier ataque armado contra fuerzas, embarcaciones o aeronaves filipinas en la región podría activar una respuesta militar estadounidense.

En ellos operan grupos rotativos de tropas estadounidenses bajo el Acuerdo de Cooperación Reforzada en Defensa (EDCA), firmado en 2014. Este marco legal permite el preposicionamiento de armamento, el alojamiento de tropas y la realización de ejercicios conjuntos.
Las autoridades chinas no han emitido comentarios oficiales sobre el anuncio más reciente, aunque desde hace años acusan a Washington de instrumentalizar sus alianzas regionales, como las que mantiene con Filipinas, Japón y Australia, para frenar el ascenso geopolítico de China. Para Pekín, el fortalecimiento de la presencia militar estadounidense en zonas cercanas al Mar de China Meridional representa una amenaza directa a su soberanía y a su capacidad de proyectar poder en Asia.
Un escenario clave en la rivalidad regional entre China y Estados Unidos
El Mar de China Meridional es una vía marítima crucial por donde transita aproximadamente un tercio del comercio mundial. Además, se presume que la zona contiene vastas reservas de petróleo, gas natural y recursos pesqueros. Países como Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán también reclaman parcial o totalmente partes del área disputada, lo que convierte la región en uno de los focos más sensibles de la rivalidad entre China y Estados Unidos.
La administración del presidente Ferdinand Marcos Jr. ha impulsado una reconfiguración del vínculo bilateral con EE. UU., recuperando acuerdos de defensa y habilitando una mayor presencia militar norteamericana en el archipiélago, luego de años de tensiones bajo el gobierno de Rodrigo Duterte.

Las obras en Palawan refuerzan esta estrategia, consolidando la infraestructura necesaria para ampliar las capacidades defensivas de Filipinas frente a incursiones chinas. A su vez, constituyen una señal clara de que Estados Unidos está dispuesto a sostener su influencia en el sudeste asiático, incluso en un escenario cada vez más polarizado.
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