El líder norcoreano Kim Jong-un reafirmó este 12 de julio el “apoyo incondicional” de su país a las decisiones del Kremlin en relación con la guerra en Ucrania, durante un encuentro bilateral celebrado en la ciudad portuaria de Wonsan con el canciller ruso Serguéi Lavrov. La reunión también contó con la presencia de la ministra de Exteriores norcoreana, Choe Son Hui, y fue difundida por la agencia estatal KCNA.

La declaración se produce en el marco de una creciente cooperación militar y diplomática entre ambos países, que el año pasado firmaron un tratado de asociación estratégica, incluyendo un pacto de defensa mutua que fue ratificado formalmente durante el encuentro.
Cooperación militar, reconstrucción y respaldo nuclear
Desde el inicio de la guerra, Pyongyang ha proporcionado a Moscú armamento, municiones y personal militar. Según informes, ya ha enviado más de 10.000 soldados en apoyo a la campaña militar rusa, y planea ahora desplegar 6.000 ingenieros y trabajadores para colaborar en la reconstrucción de Kursk, región fronteriza con Ucrania que estuvo bajo ataque y que, según Rusia, ya fue completamente recuperada.

Las agencias de inteligencia surcoreanas sostienen que Corea del Norte podría enviar más refuerzos militares en los próximos meses, lo que acentuaría el involucramiento directo de Pyongyang en el conflicto ucraniano. A cambio, Moscú estaría facilitando una apertura parcial del país asiático. La reactivación del tránsito ferroviario y la reciente inauguración de un balneario en Wonsan apuntan a convertir el puerto en un nuevo eje turístico para visitantes rusos.
Rusia y Corea del Norte critican ejercicios militares de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur
En su paso por Corea del Norte, el canciller ruso también dirigió críticas a las alianzas regionales impulsadas por Washington. En particular, pidió a Estados Unidos, Corea del Sur y Japón abstenerse de formar coaliciones “dirigidas contra cualquiera, incluyendo a Rusia y Corea del Norte”.
El señalamiento llega un día después de un ejercicio aéreo conjunto entre los tres países, que incluyó el despliegue de bombarderos estadounidenses con capacidad nuclear. Pyongyang calificó la maniobra como un “ensayo de invasión”, y utilizó el episodio como argumento para justificar su desarrollo armamentístico.

Este nuevo acercamiento estratégico entre Moscú y Pyongyang consolida un eje político y militar en Asia Oriental que podría modificar el equilibrio regional, en momentos en que Estados Unidos y sus aliados intensifican sus ejercicios conjuntos y amplían su presencia en el Pacífico.
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