Taiwán inició el jueves los ejercicios militares Han Kuang, considerados los más amplios y prolongados de su historia. Con una duración de diez días, las maniobras incorporan tácticas de fuego real y simulacros diseñados para enfrentar un posible intento de invasión por parte de China, incluyendo escenarios asociados a tácticas de “zona gris” que buscan desgastar a la isla sin provocar un conflicto directo a gran escala.

El Ministerio de Defensa de Taiwán detalló que los entrenamientos comenzaron con simulaciones de respuestas a actos de acoso protagonizados por buques de la Guardia Costera china y milicias marítimas.
Nuevas armas, reservistas y ejercicios continuos durante diez días
La segunda etapa del ejercicio pondrá el foco en operaciones antidesembarco, involucrando a todas las ramas de las Fuerzas Armadas junto con 22.000 reservistas. El Ministerio indicó que las maniobras se desarrollarán sin interrupciones y en condiciones realistas, para garantizar una preparación operativa efectiva y responder a críticas sobre el carácter simbólico de entrenamientos anteriores.

Washington, aunque no reconoce diplomáticamente a Taiwán debido a la presión de Pekín, se mantiene como su principal aliado en materia de defensa.
Las autoridades pidieron comprensión ante posibles interrupciones en el tráfico aéreo y terrestre, y advirtieron sobre la circulación de desinformación vinculada a los ejercicios. El gobierno de Taiwán insistió en que estas maniobras buscan garantizar la seguridad del territorio frente a amenazas crecientes en la región.
China condena el ejercicio y lanza represalias económicas
Desde Pekín, la respuesta no se hizo esperar. El portavoz del Ministerio de Defensa chino, coronel Jiang Bing, calificó las maniobras como una “actuación engañosa” del gobierno del Partido Progresista Democrático de Taiwán, acusándolo de fomentar el separatismo. Jiang afirmó que ningún tipo de preparación podrá resistir lo que describió como la “inevitable reunificación” con la China continental.
Además, el Ministerio de Comercio chino anunció restricciones a ocho empresas taiwanesas vinculadas al sector de defensa, prohibiéndoles la exportación de productos de doble uso. Entre las compañías afectadas se encuentran la Corporación de Desarrollo Industrial Aeroespacial, Jingwei Aerospace Technology y CSBC Corporation, el principal astillero de la isla.

En paralelo, Taiwán acusó a China de intentar sabotear la preparación de los ejercicios mediante operaciones de hostigamiento aéreo y marítimo. Según el Ministerio de Defensa, las fuerzas armadas taiwanesas respondieron con vigilancia activa y despliegue de aviones, barcos y sistemas de misiles para contener cualquier provocación.
Estas tensiones marcan un nuevo pico en la ya volátil relación entre ambas partes, y subrayan el papel de los ejercicios Han Kuang como una herramienta clave en la estrategia de disuasión de Taiwán frente a las ambiciones territoriales de Pekín.
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