Taiwán comenzó esta semana los preparativos para el mayor ejercicio militar de su historia moderna: el Han Kuang 41, que se desarrollará del 9 al 18 de julio con simulacros de invasión a gran escala, en respuesta al incremento sostenido de la presión militar china en el estrecho de Taiwán. La edición 2025 de las maniobras incluirá operaciones conjuntas entre las fuerzas armadas y la población civil, así como ejercicios de defensa territorial prolongada, guerra urbana y respuesta a escenarios de guerra híbrida.
Según anunció el Ministerio de Defensa Nacional en Taipéi, más de 22.000 reservistas serán movilizados junto a las fuerzas activas, que actualmente suman unos 150.000 efectivos. El objetivo es evaluar la capacidad de reacción y alistamiento en tiempos de guerra, ante la posibilidad de un ataque de la República Popular China, cuya fuerza militar supera los dos millones de soldados.
Defensa territorial, guerra asimétrica y coordinación civil
La nueva edición del Han Kuang refleja una evolución en la doctrina defensiva taiwanesa, que incorpora lecciones de conflictos recientes en Europa del Este y Medio Oriente, incluyendo la adopción de tácticas asimétricas, defensa en profundidad y el uso de misiles de precisión. Está previsto que las fuerzas taiwanesas ensayen nuevamente el sistema HIMARS adquirido a Estados Unidos, además de misiles tierra-aire, antibuque y de ataque terrestre de producción local.

Por primera vez, los ejercicios contarán con la participación directa de infraestructura civil crítica, como cadenas de comercios que se integrarán a los protocolos de distribución de suministros humanitarios. También se realizarán simulacros de evacuación aérea en horario diurno y ejercicios de protección civil en zonas urbanas densamente pobladas.
Escalada política y advertencias cruzadas
El inicio de los ejercicios se produce en un contexto de elevada fricción política entre Taipéi y Beijing. El presidente taiwanés, Lai Ching-te, ha pronunciado en las últimas semanas discursos en los que exhorta a la sociedad taiwanesa a “fortalecer su resiliencia ante la presión china” y defender el estatus democrático de la isla. En respuesta, la Oficina de Asuntos de Taiwán del gobierno chino calificó a Lai como un “provocador” y lo acusó de “generar confrontación” en el estrecho.

Desde Beijing, el vocero Chen Binhua reiteró que “las dos orillas del estrecho pertenecen a una misma China” e instó a los taiwaneses a rechazar “los actos separatistas del independentismo”, defendiendo la unificación como deber nacional.
Posicionamientos internacionales
En Washington, el ex subsecretario de Defensa para Asuntos del Indo-Pacífico, Ely Ratner, expresó su respaldo a las maniobras: “Taiwán está en el camino correcto para reforzar la disuasión, y debe continuar con mayor urgencia y recursos”. Aunque EE.UU. no reconoce formalmente a Taiwán como un estado independiente, mantiene relaciones no oficiales y está obligado por ley a proporcionarle medios para su defensa.
Próximos movimientos: ejercicios y votaciones clave
Los ejercicios Han Kuang se extenderán por nueve noches y diez días en todo el territorio taiwanés, incluidas las islas periféricas. Además de simular un desembarco anfibio del EPL chino, también se realizarán escenarios de ocupación prolongada y respuesta a amenazas híbridas. Tras el fin de los ejercicios, en agosto se esperan votaciones de revocatoria contra un cuarto del Parlamento, lo que podría modificar el equilibrio político interno antes de las elecciones generales previstas para enero de 2028.
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