En medio de la cumbre de la OTAN en La Haya, el presidente Donald Trump confirmó que Estados Unidos está haciendo todo lo posible para suministrar los sistemas antiaéreos Patriot a las Fuerzas Armadas de Ucrania. La noticia llega en un momento de intensificación de los ataques, luego de que al menos 50 vehículos aéreos no tripulados ucranianos fueran derribados por Rusia.

“Quieren tener los antimisiles, como ellos los llaman, los Patriots, y vamos a ver si podemos hacer que algunos estén disponibles. Son muy difíciles de conseguir. Nosotros también los necesitamos. Los estamos suministrando para Israel, y son muy eficaces”, declaró Trump luego de la reunión.
De manera similar, el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, subrayó que ambos mandatarios discutieron la compra de sistemas de defensa aérea estadounidenses para blindar las ciudades ucranianas y las infraestructuras críticas. “Europa puede ayudar. También hemos hablado de las posibilidades de coproducción de aviones no tripulados. Podemos fortalecernos mutuamente”, añadió Zelenski.
Diplomacia y fuego cruzado
El reciente ataque desde Ucrania ocurre en un contexto clave para la región y el sistema internacional. Puntualmente, las ofensivas coincidieron con la reunión de los principales líderes de la OTAN, cuando también Rusia lanzó un ataque contra la ciudad de Dnipro en el que murieron al menos 19 personas y más de 300 resultaron heridas.

Lo cierto es que desde el inicio del conflicto, Moscú ha lanzado casi 29.000 drones Shahed contra objetivos ucranianos. La cifra ilustra un fenómeno cada vez más dominante en la guerra moderna: el combate remoto, masivo y sostenido desde drones. Por su parte, Ucrania también intensificó sus ataques contra infraestructura militar rusa con un gran apoyo de Occidente y el continente europeo.
Pedidos y rechazos: la “disputa” entre Trump y Zelenski
La urgencia es clara: Zelenski señala que las regiones más vulnerables requieren protección adicional ante la intensidad creciente de los ataques rusos. El mandatario ha afirmado en repetidas ocasiones que Ucrania necesita al menos siete sistemas más para defender estos territorios de mayor riesgo.
No obstante, el respaldo hacia Ucrania tuvo grandes fisuras. Cabe recordar las declaraciones de Trump donde desestimó los pedidos de Ucrania, acusando a su mandatario de “buscar siempre la compra de misiles” y responsabilizándolo de haber provocado el conflicto. A principios de junio, Zelenski denunció que la administración de Trump habría desviado 20.000 misiles antidrones originalmente destinados a Ucrania hacia fuerzas estadounidenses desplegadas en Medio Oriente.

Por eso uno de los puntos más “sensibles” del conflicto se vincula con el armamento en disputa. Y es que estos comentarios vuelven a situar a la gestión de recursos militares y a la distribución geopolítica de prioridades en los arsenales de Occidente en el centro de las discusiones. Para Kiev, esta retórica debilita la cohesión del apoyo internacional y representa un retroceso estratégico en un frente de batalla cada vez más tecnológico, lo que lo ha enfrentado con Trump en múltiples ocasiones.
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