Con lecciones aprendidas de la guerra entre Rusia y Ucrania, el Ejército de EE.UU. ha comenzado a ejercitarse en el Ártico con nuevas tácticas de combate en climas extremos. Supervisado por la 11.ª División Aerotransportada, conocida como los “Ángeles del Ártico”, Washington lleva adelante maniobras centradas en la capacidad de supervivencia, letalidad y despliegue de tropas aerotransportadas bajo condiciones climáticas adversas con el objetivo de anticipar escenarios de conflicto en una región tan disputada como el Ártico.

Se trata de uno de los entrenamientos más desafiantes del calendario militar estadounidense, incluyendo pruebas con equipos de nieve, comunicaciones en entornos hostiles y vehículos todoterreno. A grandes rasgos, representa un cambio de foco en la estrategia militar de Washington: preparar fuerzas capaces de actuar en entornos similares a los del teatro ucraniano, pero proyectadas hacia el flanco norte.
Capacitaciones en entornos adversos
Según explicó el coronel James Howell, comandante del 2nd Brigade Combat Team, los ejercicios se inspiran en las condiciones “reales” observadas en Ucrania y buscan “innovar y adaptarse” a escenarios donde la temperatura puede alcanzar los -35 °C. “Vemos lo que está ocurriendo en Ucrania y estamos probando cosas en el Ártico y adaptándonos para que seamos más capaces de sobrevivir en el Ártico en particular”, explicó.

El comandante enfatizó en que a Estados Unidos aún le falta “mucha innovación” para asegurarse de poder “luchar, ganar y mantenerse a 35 grados bajo cero”, siendo conscientes de que muchos sistemas funcionan a temperaturas más frías pero que no se ha probado aún. Los entrenamientos son, sin dudas, herramientas de prueba y error para el Ejército estadounidense.
Tal es así que, además de la instrucción táctica, el Ejército estadounidense impulsa un proceso de certificación en supervivencia en tundra helada para cuadros medios, lo que refuerza el objetivo de consolidar capacidades autónomas en una región cada vez más estratégica. El epicentro de los entrenamientos es el Black Rapids Training Site, una base remota al este de Fairbanks, bajo la órbita del Northern Warfare Training Center (NWTC), especializado en operaciones árticas.
El Ártico como nuevo teatro de operaciones
Detrás de estos ejercicios podría realizarse una lectura más profunda: la creciente militarización del Ártico como espacio de disputa entre grandes potencias. El retroceso del hielo, el interés por los recursos naturales y la reapertura de rutas comerciales generan tensiones cada vez más explícitas entre Rusia, China y los países de la OTAN.

Y es que frente a una Rusia con fuerte despliegue militar en el norte siberiano y el desarrollo de nuevos rompehielos nucleares, Estados Unidos apunta a no perder capacidad de respuesta en la región. La guerra en Ucrania ha sido testigo de ello.
En una región donde las condiciones geográficas son tan hostiles como geopolíticamente volátiles, estos ejercicios confirman que el Ártico es uno de los ejes prioritarios para Washington, más allá del Indo Pacífico o Europa del Este. El interés por realizar entrenamientos especializados como estos refleja una estrategia de proyección de poder que busca anticipar escenarios de competencia directa contra países como Rusia, y reposicionan al continente blanco como un eventual teatro de operaciones. Y allí, la adaptabilidad climática podría definir la ventaja militar.
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