Días antes de la próxima cumbre de líderes de la OTAN, el Reino Unido busca que se retrase la decisión más esperada del último tiempo para la alianza: aumentar el gasto de defensa de los miembros. Tanto el Secretario General, Mark Rutte, como Estados Unidos están presionando para que el aumento se complete en 2032, pero los británicos propusieron una nueva fecha límite de 2035 con una cláusula de revisión en 2029.

Si bien no está claro qué incluiría la cláusula, probablemente daría a los aliados la oportunidad de retrasar el plazo si no van por buen camino. Más aún considerando que las fechas límites para aumentar el gasto en defensa han sido imprecisas hasta el momento.
Por lo pronto, la próxima reunión de la OTAN se llevará a cabo en Países Bajos el 24 y 25 de junio. El objetivo central recae en acordar este aumento en el presupuesto de defensa de cada país miembro, alcanzando hasta al 5% de su PBI para fortalecer la defensa europea y hacer frente a las amenazas conjuntas, como Rusia.
La postura británica
Un portavoz del gobierno británico afirmó que el Reino Unido tiene “un sólido historial de gasto en defensa” y que “seguirá haciendo una importante contribución a la OTAN”. “Los nuevos aumentos del gasto en defensa se harán de forma que se calculen los costes y se financien íntegramente, pero tenemos claro que todos debemos gastar y producir más para hacer de la OTAN una Alianza más fuerte, más justa y más letal”, subrayó.
Sin embargo, según fuentes diplomáticas, el Reino Unido es uno de los principales países que buscan retrasar la aprobación de este objetivo. España es otro de los Estados que respalda la opinión británica, junto a otros países del sur del continente que se han mostrado preocupados por la posible obligación de aumentar su presupuesto de manera pronunciada.

Actualmente, el Reino Unido gasta el 2,3% del PBI en Defensa, porcentaje que técnicamente aumentará hasta el 2,5% en 2027. Las principales controversias con respecto a aumentar o no el presupuesto en el sector se encuentran entre el Primer Ministro y el Secretario de Defensa.
Lo cierto es que el Gobierno de Starmer tiene la “ambición” de gastar el 3% en la década de 2030. Recientemente fueron aprobadas las 62 recomendaciones de la Revisión Estratégica de la Defensa, un análisis externo sobre el estado de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, en las que se basan en que la financiación alcance el 3% a mediados de la década de 2030.
Starme no busca oponerse al aumento de presupuesto, considerando que el Reino Unido gasta más que algunos aliados de la OTAN como Bélgica y Canadá. Su principal cuestionamiento es que rechaza la necesidad de comprometerse a un calendario para hacerlo, idea que impulsan Trump y la OTAN.
Las advertencias de Rutte
El Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, ha sido muy explícito sobre la necesidad de aprobar un aumento de presupuesto en materia de defensa, principalmente el Reino Unido. Sus motivos son claros: o se acepta el compromiso de aumentar el gasto en un 5% del PBI o se “aprende a hablar ruso”, tal y como declaró a principios de mes.

Efectivamente, la postura del director de la alianza recae en que las amenazas actuales “no exigen nada menos que el 5%” del gasto en defensa. Además, respalda la postura de Estados Unidos y su líder, Donald Trump, de que los objetivos actuales del Reino Unido y casi toda Europa “no son lo suficientemente buenos”.
Tanto Rutte como la Casa Blanca han exigido que el Reino Unido y otros aliados aumenten su gasto en defensa para disuadir la amenaza de un ataque ruso. En palabras del embajador de Trump ante la OTAN, Matthew Whitaker, “la paz a través de la fuerza no significa nada menos, y lo exige por igual de todos los aliados. Esto no va a ser sólo una promesa. Esto va a ser un compromiso. Todos los aliados deben comprometerse a invertir al menos el 5% del PIB en defensa y seguridad, desde ahora. No se trata de una sugerencia. Es una línea de base”, afirmó.
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