El gobierno de Suecia expresó su creciente preocupación por el refuerzo de la infraestructura nuclear de Rusia en zonas próximas a su territorio. El ministro de Defensa sueco, Pål Jonson, advirtió que Estocolmo está siguiendo “de cerca” la construcción y modernización de bases militares rusas y nuevas instalaciones de armas nucleares en las regiones del Báltico y el Ártico.

En este sentido, la advertencia se basa en imágenes satelitales difundidas por la emisora pública sueca SVT, que muestran mejoras significativas en al menos cinco sitios nucleares rusos, incluidos algunos en Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado, ubicado a menos de 300 kilómetros de la frontera sueca. “Se trata tanto de las inversiones rusas en capacidad de armas nucleares como del desarrollo de una nueva doctrina”, declaró Jonson, citado desde el medio Euractiv.
Entre las principales zonas identificadas se encuentra la base de Asipovitjy en Bielorrusia, donde se construyeron nuevas instalaciones de almacenamiento y plataformas de transporte. En Kaliningrado, una base fue reforzada con sistemas de vallado avanzado y comunicaciones, y se estima que allí se almacenan actualmente unas 100 armas nucleares tácticas. También se registraron importantes actividades en Novaja Zemlja, un histórico centro de pruebas nucleares en el Ártico, y en la península de Kola, que ahora alberga nuevos búnkeres para misiles lanzados desde submarinos.

Las autoridades suecas vinculan esta expansión con el cambio doctrinal introducido por Rusia en noviembre de 2024, cuando Moscú revisó su estrategia nuclear para reducir el umbral de uso de estas armas. La nueva doctrina contempla la posibilidad de emplear armas nucleares en respuesta a “amenazas críticas” no solo contra Rusia, sino también contra Bielorrusia, su principal aliado, y extiende la definición de ataque a acciones convencionales respaldadas por potencias nucleares como Estados Unidos.
Según Jonson, esta evolución doctrinaria y la decisión de Rusia de abandonar varios acuerdos de control de armas han incrementado el riesgo de que Moscú recurra a amenazas nucleares como mecanismo de disuasión, especialmente frente al apoyo occidental a Ucrania. “Rusia ha bajado el umbral para amenazar con usar armas nucleares y hemos visto desde la invasión a gran escala de Ucrania, que lo ha hecho más de 200 veces en diferentes niveles políticos”, señaló el ministro.
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