La decisión de Donald Trump de lanzar un ataque directo contra las principales instalaciones nucleares de Irán no fue espontánea ni unilateral. Se trató del desenlace de semanas de negociaciones truncas, tensiones diplomáticas, presiones militares de Israel y un creciente desgaste interno en la Casa Blanca. El bombardeo, que alcanzó los complejos de Fordow, Natanz y Esfahan en la madrugada del domingo (hora local), representa una escalada histórica que coloca a Estados Unidos como actor central en el conflicto.

Cabe recordar que Trump impuso un plazo de dos semanas para decidir si Estados Unidos atacará a Irán en respaldo de Israel. No obstante, las autoridades israelíes creen que Fordow, una instalación nuclear subterránea iraní de enriquecimiento de uranio, debe ser atacada con o sin el apoyo de Washington para prevenir futuras respuestas de la República Islámica, rechazando el plazo de tiempo impuesto por el líder de la Casa Blanca.
Israel aceleró los tiempos y desbordó la línea diplomática
Fuentes cercanas a los servicios de inteligencia confirmaron que Israel había advertido a la administración Trump que no esperaría las dos semanas que el presidente estadounidense se había dado como plazo para tomar una decisión definitiva. En una llamada telefónica catalogada como “tensa” por fuentes diplomáticas, el primer ministro Benjamin Netanyahu, el ministro de Defensa Israel Katz y el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Eyal Zamir, presionaron a Washington para actuar de inmediato.
La razón central fue Fordow, una instalación de enriquecimiento de uranio ubicada a más de 80 metros bajo tierra, protegida por capas de concreto reforzado en una antigua base de la Guardia Revolucionaria. Para Israel, solo un ataque con capacidad de penetración profunda —como el que puede ejecutar un bombardero B-2 de la Fuerza Aérea estadounidense— sería suficiente para inutilizar el complejo. “No podemos hacerlo solos”, habría advertido un alto oficial israelí a sus pares norteamericanos.
Fordow: el objetivo de Israel
Ubicada profundamente en la montaña, la instalación nuclear de Fordow está localizada a 32 km al sur de la ciudad de Qom, cerca de la aldea de Fordow, en una antigua base del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Es parte del programa nuclear de Irán. y para Israel representa un desafío militar considerable.

Fordow se considera la planta de enriquecimiento de uranio más inaccesible del programa nuclear iraní, no solo porque está enterrada a ochenta metros de profundidad y protegida por roca sólida y capas de concreto armado. Para los israelíes, no es posible derribar este “muro” del programa iraní sin ayuda externa.
Washington: entre intervenir o abstenerse
Pese a las advertencias israelíes, la decisión de atacar dividía profundamente al círculo de poder en Washington. El vicepresidente JD Vance fue categórico en su rechazo, alertando que Israel pretendía “arrastrar” a Estados Unidos a una guerra regional. El secretario de Defensa Pete Hegseth, aunque más medido, tampoco apoyaba una intervención directa.

Trump, sin embargo, viró su postura en las últimas 72 horas. Tras una fallida mediación secreta en Estambul —gestionada con apoyo de Turquía para establecer un canal con Irán— y al no lograr ubicar al líder supremo Ali Khamenei para una eventual tregua, el presidente consideró que la vía diplomática estaba agotada. El sábado por la noche se reunió con su equipo de seguridad nacional en la Sala de Situaciones de la Casa Blanca. Horas después, los B-2 despegaron rumbo a Medio Oriente.
¿Escalada inevitable?
Aunque Irán insiste en que su programa nuclear es exclusivamente pacífico, la narrativa belicista gana terreno en Tel Aviv y Washington. Si bien una operación militar podría degradar temporalmente el avance atómico iraní, expertos advierten que no resolvería el conflicto de fondo.
El ataque fue ejecutado con precisión quirúrgica. Según reportes confirmados, se lanzó una carga completa de bombas sobre Fordow, mientras que Natanz y Esfahan también fueron alcanzadas por misiles de alta penetración. “No hay otra fuerza aérea en el mundo que pudiera hacer esto”, celebró Trump en Truth Social, anunciando además que se dirigirá al país en la noche del domingo a las 22:00 (hora de Washington).
El presidente cerró su publicación con una frase reveladora: “Ahora es el momento para la paz”. Sin embargo, la operación puede tener el efecto contrario. Irán ha prometido responder, y la región se prepara para posibles ataques contra bases estadounidenses en Irak, Siria y el Golfo.
Te puede interesar: Israel cree que la guerra con Irán duraría pocos días con apoyo de EE.UU. según altos oficiales














