En medio del conflicto entre Irán e Israel que azota a Medio Oriente casi en su totalidad, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha exigido a través de redes sociales la “rendición incondicional” de Teherán. Washington ha tenido un rol crucial pero indirecto en la escalada bélica desatada hace cinco días; durante el fin de semana, Trump afirmó que Estados Unidos no intervendría en el conflicto a menos que sus intereses sean afectados.
En este contexto, Trump añadió que Estados Unidos, posiblemente junto a Israel, controla “totalmente los cielos de Irán”. En paralelo, subrayó que conoce la ubicación del Líder Supremo iraní, aunque “por ahora no pretenden eliminarlo”.
Los comentarios recientes del líder de la Casa Blanca se suman a las declaraciones realizadas el día de ayer, momentos antes de abandonar la cumbre del G7 en la que se encontraba. A través de la red social Truth, enfatizó: “Irán debería haber firmado el acuerdo que les pedí. ¡Qué vergüenza y qué desperdicio de vidas humanas! En pocas palabras: ¡IRÁN NO PUEDE TENER UN ARMA NUCLEAR! ¡Lo he dicho una y otra vez! ¡Todos deberían evacuar Teherán de inmediato!“.
Washington aumenta su presencia militar
Debido a la creciente tensión regional, el gobierno de Estados Unidos ha decidido reforzar su presencia militar en Medio Oriente. La decisión se enmarca en que la escalada del conflicto ha incluido bombardeos estratégicos sobre instalaciones nucleares iraníes y el lanzamiento de misiles balísticos contra ciudades israelíes, preocupaciones suficientes para “proteger a las fuerzas estadounidenses”, según el titular del Pentágono, Pete Hegseth.
Una de las principales capacidades desplegadas es el portaaviones nuclear USS Nimitz, que abandonó el mar de China Meridional para dirigirse junto a su grupo de ataque hacia el Golfo Pérsico. Aunque no se detallaron completamente las capacidades adicionales involucradas, un funcionario estadounidense confirmó extraoficialmente a NewsNation que se trasladaron una gran cantidad de aviones cisterna de reabastecimiento a Europa.

Hasta el momento, pudo conocerse que el despliegue estadounidense contempla el envío de aviones de combate F-35 y F-15, junto con la movilización de buques de guerra hacia el Golfo Pérsico. Técnicamente, se estima una posible intervención contra terceros actores, como Hezbolá o milicias chiitas en Irak y Siria, que podrían escalar el conflicto aún más.
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