Según fuentes gubernamentales y empresariales, a las que pudo acceder el medio Korea Economic Daily, China ha solicitado a Corea del Sur no proveer productos que contengan minerales raros chinos a EE.UU., especialmente a industrias vinculadas con la defensa. Pekín es actualmente el productor del 90% de los minerales raros disponibles en el mercado, mientras que Washington posee existencias de solo algunos de ellos.
China presiona a Corea del Sur para evitar que sus metales raros lleguen a Washington
Fuentes de la industria coreana de transformadores informan que al menos dos fabricantes del sector recibieron el 22 de abril notificaciones oficiales del gobierno chino, exigiendo que suspendan la exportación de cualquier equipo eléctrico que contenga metales raros de origen chino si el destino final son contratistas militares estadounidenses o el propio ejército de EE.UU. La comunicación advierte que incumplir esta directiva podría acarrear sanciones u otras medidas regulatorias, aunque no detalla las penalidades concretas.

Las empresas afectadas sospechan que China pueda incluso prohibir por completo la venta de estos metales. Estas circunstancias se vuelven aún más trascendentes, teniendo en cuenta que se trata de la primera vez que el gobierno de Xi Jinping aplica formalmente controles de exportación a compañías extranjeras vinculadas a la economía estadounidense. Se teme que, de continuar este tipo de medidas hacia empresas surcoreanas por parte de China, podrían generar un impacto considerable en la economía de Corea del Sur.
La venganza de la geografía: metales raros y defensa
China controla casi el 70 % de la extracción de tierras raras y el 90 % de su procesamiento a nivel mundial. No obstante, aunque Estados Unidos es el segundo mayor productor y posee las séptimas reservas más grandes, su producción está muy por debajo de la china y depende de Beijing para importar estos minerales. La administración Trump ha excluido a los minerales críticos de sus tarifas recíprocas globales, lo que refleja su relevancia estratégica para los intereses estadounidenses.

Esta situación le otorga a China un control dominante sobre insumos esenciales para cadenas de suministro clave que sustentan la supremacía tecnológica y militar de EE.UU., desde semiconductores hasta la industria aeroespacial. De acuerdo al instituto Chatham House, minerales como el disprosio, crucial para resistir altas temperaturas, es indispensable para los motores eléctricos del avión de combate estadounidense F-35 de quinta generación, así como para el desarrollo de robots, drones, vehículos eléctricos y pantallas táctiles.
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