La embajada de la República Popular China en Argentina emitió un duro comunicado en respuesta a las recientes declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, realizadas durante su visita oficial al país sudamericano. El diplomático norteamericano, enviado directo de la administración Trump, se reunió con el presidente Javier Milei y altos funcionarios del área económica, como parte de una gira destinada a reforzar el apoyo de Estados Unidos a las reformas económicas en Argentina. Sin embargo, sus declaraciones públicas, particularmente en torno al acuerdo de swap entre China y Argentina, generaron una inmediata reacción del gobierno chino.
Acusaciones de “acuerdos rapaces” y advertencias geopolíticas
Durante una entrevista con Bloomberg, Bessent sostuvo que “la política de América Latina es una política china” y advirtió que su país busca “evitar lo que ha pasado en África”, en referencia a supuestos acuerdos de financiamiento que habrían comprometido recursos estratégicos de naciones africanas. Al referirse al swap entre China y Argentina —un mecanismo de intercambio de divisas por más de 18 mil millones de dólares, de los cuales 5 mil millones ya fueron utilizados en gobiernos anteriores—, Bessent dejó entrever que este tipo de instrumentos suponen una amenaza económica y estratégica para la región.

La respuesta del gobierno chino fue inmediata. A través de un comunicado oficial, la embajada en Buenos Aires expresó su “profundo descontento y categórico rechazo” a lo que calificaron como “maliciosas difamaciones” y “calumnias” por parte del funcionario estadounidense. El documento advierte sobre una maniobra deliberada para “sembrar discordias” en las relaciones entre China y países del Sur Global, particularmente América Latina y África.
China defiende su cooperación sin condicionamientos políticos
Según el pronunciamiento oficial, las iniciativas chinas con naciones en desarrollo se basan en los principios de respeto mutuo, beneficio compartido y no injerencia política. La embajada remarcó que “China acompaña a los países en desarrollo sin imponer ningún condicionamiento”, y que las ayudas financieras, como el swap con Argentina, han sido “bien acogidas” por las autoridades locales, aportando a la estabilidad económica y facilitando incluso la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
Además, el comunicado denuncia el accionar de Estados Unidos como una forma de “coerción económica” destinada a obstaculizar el desarrollo de otros países. En palabras del documento: “Esta actitud no sólo carece de un mínimo respeto hacia los países en desarrollo y del Sur Global, sino que también deja al descubierto el carácter hegemónico e intimidatorio de un proceder inmoral”.

Críticas al proteccionismo y el unilateralismo estadounidense
Otro de los puntos centrales del comunicado chino fue la crítica a las recientes medidas arancelarias impuestas por Estados Unidos, que incluyen un aumento del 10% en los tributos a productos importados, afectando también a Argentina. Beijing calificó estas decisiones como “bullying económico” y advirtió que los datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) muestran cómo estas políticas acentúan la desigualdad global y perjudican particularmente a los países menos desarrollados.
La embajada denunció que, lejos de buscar una competencia justa, Washington intenta frenar deliberadamente el crecimiento industrial de China. “La reciente imposición a la ligera de aranceles estadounidenses es, en esencia, un intento deliberado de privar a otros países – especialmente a los del Sur Global – de su derecho al desarrollo”, señala el documento.
Un contexto de reacomodamiento global
Las tensiones entre China y Estados Unidos, enmarcadas en una guerra comercial persistente, encuentran en América Latina un nuevo escenario de disputa. La presencia de Bessent en Buenos Aires se produce en paralelo a la renovación del swap con China y en medio de las negociaciones de Argentina con el FMI. Según fuentes diplomáticas, su visita tuvo como objetivo apoyar las reformas estructurales del gobierno de Javier Milei y explorar oportunidades para fortalecer el vínculo bilateral.
En tanto, el gobierno argentino busca sintonizar con las expectativas del nuevo mandato de Trump, incluso analizando la posibilidad de revisar regulaciones para facilitar un acuerdo comercial con Washington.
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